De un tiempo a esta parte venimos observando un ataque masivo a la cúpula del POLISARIO, realizado por un grupo cuya plana mayor es, aún, desconocida. Ya en el pasado se habían servido de esta misma web para divulgar su mensaje y a pesar de las continuas alusiones a su identificación, tampoco accedieron a decir quiénes son.

Esa falta de transparencia revela una grave carencia de seriedad que impide tomarse en serio el asunto. Y cuando, aún a pesar de la falta de seriedad, el asunto alcanza notoriedad mediática, entonces uno no puede sino intentar correr el velo que los cubre para ver qué hay detrás de ese grupo. Es evidente, pues, que su mimetización con el paisaje etéreo, propio de estos océanos cibernéticos, y su camuflaje detrás de los nicknames invitan a la creencia de que todo ha sido muñido por unas mentes altamente perversas.

La polvorienta y destartalada imagen de algunos de los autores conocidos de este desaguisado no anima a albergar muchas esperanzas sobre la rectitud de los personajes que ahora se arrogan el derecho de ser los guardianes de los mas elevados y nobles sentimientos de nuestra sociedad. Las compulsivas apariciones en la TV vía satélite, de quien parece ser su cabeza visible, denostan por igual a Marruecos y al POLISARIO.

Las quejumbrosas demandas de este cardumen difieren notoriamente de su aparatosa pretensión de liderar un movimiento de no se sabe muy bien qué. Las críticas que plantean no están lo suficientemente bien elaboradas como para cosechar nuestras simpatías. Sencillamente, hasta las personas más iletradas en los Campamentos dicen lo mismo.

Nadie pretende juzgar de pulcra la gestión de nuestros dirigentes, pero esos pronunciamientos realizados extramuros y orientados futilmente a fustigar a nuestra clase política no añaden mayor gloria a nuestro presente y, menos aún, libertad a nuestro futuro.

Por muy legítimas que sean sus dudas sobre la gestión de los dirigentes del POLISARIO no pueden transformar, por arte de birlibirloque, sus alocadas sospechas en falsas certezas para pedir la aniquilación de la cúpula del POLISARIO. La demagógica afirmación de que los dirigentes saharauis han traicionado el legado de nuestro héroe El Luali es una infamia intolerable. Así, la fúnebre reivindicación de intentar monopolizar la herencia de El Luali sólo se propone parasitar en beneficio propio las simpatías de los saharauis.

No obstante ello, en esta web estamos ya habituados a personajes, tipo uld Lembarki, que situados por encima de toda lógica e insensibles a los dictados de la moral, salmodian continuamente las mismas sandeces.

Y hablando de océanos cibernéticos, casualmente, la noche del pasado martes día 7 estaba en una sala saharaui de chat donde había unas noventa personas conectadas para escuchar la alocución de Aminatu Haidar y la del representante saharaui en el Reino Unido. Estaba, también, presente el cabeza visible de Jat Chahid que lleva días intentando vender sus ideas en unas salas creadas para aupar la intifada. La mayoría de los cibernautas no querían ni oír hablasonar de Jat Chahid, pero nadie quería hacerle el feo a Louali Salama, administrador de la sala y verdadero artífice y alma mater de la guerra cibernética contra Marruecos (al que desde aquí le rindo un cálido homenaje). De modo que tuvieron oportunidad de hablar y exponer sus ideas, pero aún así no consiguieron sino robustecer, aún más si cabe, la resistencia de los saharauis a secundar actuaciones como ésta. Evidentemente la pregunta más reiterada era quiénes son las personas que componen ese grupo, pero desafortunadamente no hubo contestación a eso. Seguimos, por tanto, esperando conocer las personas que, por la Gracia de Dios, han sido elegidas para hacernos llegar el mensaje celestial.

 08.03.06

Para contactar con el autor : mhs1884@yahoo.es