¿CAÍN, DÓNDE ESTÁ TU HERMANO ABEL?
Por Nafaa M.S.
(Traducido del inglés por L.Haidar)
En alguna parte y en tiempos remotos, Caín se volvió furioso contra su hermano Abel y acabó asesinándole. Así es como empezó la Historia de un Asesinato, y os la contaré desde el principio hasta el fin, aunque de todas formas y por alguna razón, es muy diferente a la Guerra de las Dos Rosas.
La dinastía alauita, de la que se dice que proviene de Filali, un vástago de los denominados Jerifianos (Sherifes) que pretenden ser descendientes del profeta Mahoma, se establecieron en lo que actualmente conocemos como Marruecos. En el siglo XVII, mediante una mordaz autocracia se las arreglaron para convertirse en Sultanes de Sijilamasa. En la segunda mitad de ese siglo, el cabeza de familia, Mulay El-Rashid impuso su control sobre las principales ciudades de Fez y Marrakech. Su hermano Mulay Ismail, conocido por haber mantenido un harén de 500 mujeres, creando una enorme familia, reclutó un ejército de 150.000 esclavos y, con este "milagro", gran parte de Marruecos cayó bajo su poder durante 55 años. Tras la muerte de Ismail, sus numerosos hijos se disputarían la sucesión durante medio siglo. Más allá de su salvajismo, siete de ellos se sucedieron entre sí tras una serie de guerras, asesinatos e insurrecciones para la obtención de la supremacía local. Sin embargo, el efecto de sus disturbios fue tan perjudicial que causó confusión y anarquía durante casi dos siglos, de tal manera que los grupos de presión y los señores de la guerra controlaban y competían por el poder en las provincias, dejando que los sultanes controlaran de manera efectiva únicamente las ciudades reservadas para ellos. Desde aquel entonces, los reyes y sultanes de la oligarquía marroquí se han estado matando entre sí, habiendo siglos de su historia caracterizados por sangrientas regencias, como es el caso del sultán Sidi Mohamed II ben Sharif (1636-1664), proclamado sultán de Tafilalt tras la abdicación de su padre en 1935 y expulsado en 1946 de sus dominios heredados. El dos de agosto de 1664 sería derrotado y batido en combate junto a su hermano menor. El sultán Abul Nasir Mulay Ismail as-Samin ben Sharif (1672-1727), sultán de Marruecos que convirtió a Meknés en su capital en 1675 y formó un ejército de 150.000 esclavos con el que consolidó su poder sobre gran parte del actual Marruecos. Tuvo muchas esposas, entre las cuales la décima era irlandesa, Mrs. Shaw, y treinta y dos hijos (aunque ya en 1721 se le atribuyeron 700 hijos y el último de ellos se dice que nació 18 meses tras su muerte) algunos de ellos son: Mulay Mohammad El-Alam ben Ismail as-Samin, hijo de una esclava georgiana que se rebeló y se declaró a sí mismo sultán el 16 de septiembre de 1704. Fue capturado y encarcelado, muriendo más tarde tras la amputación de su mano derecha y su pie izquierdo por orden de su padre, en Meknés el 16 de junio de 1706. Mulay Muhammad Zaidan ben Ismail as-Samin, califa de Meknés hasta 1699 y de Cherg desde 1699 hasta 1701, fue asesinado por las mujeres de su harén en Tarudant en octubre de 1707. Las intermitentes disputas desembocaban en reacciones horribles como ocurrió con Mulay Abdu El-Malik ben Ismail as-Samin, nacido en 1677 como califa de Draa fue asesinado en 1696 por conspirar contra su padre. Mulay Nasir ben Ismail as-Samin, fue califa de Draa entre 1702 y 1703 y de Tafilalt, se rebeló en 1711 y 1712 y fue asesinado en 1714. En un acto sin precedentes, Mulay Ahmad ben Nasir, nacido el 6 de junio de 1704 en Tarudant, huyó a España en 1731, se convirtió al catolicismo y fue bautizado en Roma el 4 de febrero de 1739. El pobre Mulay Muhammad El-Mutawakil ben Ismail as-Samin, nacido después de 1679, murió de manera vergonzosa pues fue ejecutado por su propio padre en 1704. Mulay Muhammad El-Mutais ben Ismail as-Samin tuvo el mismo destino al ser ejecutado por su padre en 1704. Las matanzas seguirían generando más sufrimiento, así Mulay Hafiz ben Ismail as-Samin, nacido después de 1680, califa de Cherg entre 1701 y 1703, y de Fez entre 1703 y 1704, fue asesinado en esta última ciudad en marzo de1704. Mulay Muhammad al-Muntasir ben Ismail as-Samin fue asesinado en 1728. De manera terrible moriría por la mano de su padre Sidi Muhammad Deyfi ben Ismail as-Samin. Mulay Muhammad El-Rashid ben Ismail as-Samin sería asesinado en 1736 y como resultado de las fluctuaciones del destino, Mulay Maimun ben Ismail as-Samin, hijo de una esclava guineana se convirtió en califa de Tafilalt.
Las luchas dinásticas intestinas por el poder continuaron y se convirtieron en el fundamento de la supervivencia y, en algunos casos, parecían repetirse como es el caso del sultán Abu Marwan Mulay Abdu El Malik, sultán de Marruecos tras el destronamiento de su hermanastro mayor el 13 de marzo de 1728, depuesto a su vez en Meknés el 18 de julio de 1728 y que huyó a Fez donde fue detenido el 23 de diciembre del mismo año y ejecutado el 2 de marzo de 1729. Y el sultán Abul Abbas Mulay Ahmad Ad-Dhahabi ben Ismail as-Samin, sultán de Marruecos que fue designado como heredero por su padre en 1718 y coronado tras su muerte el 22 de marzo de 1727, fue depuesto en favor de su hermanastro menor el 13 de marzo de 1728 y volvió al poder tras la derrota de este último el 3 de abril de 1728. Sobre esta base de autoridad, el sultán Abul Hasan Mulay Ali El-Iraj ben Ismail as-Samin, sultán de Marruecos entre 1735 y 1736, se las arregló para quedarse con el poder tras deponer a su hermanastro el 28 de septiembre de 1734. El 25 de octubre del mismo año entró en Fez y fue a su vez depuesto el 14 de febrero de 1736. Tuvo un destino similar el sultán Abu Abdullah Sidi Muhammad II ben Arbia, sultán de Marruecos entre 1736 y 1738, coronado tras el destronamiento de su hermanastro mayor en Fez, el 8 de agosto de 1736 y fue depuesto el 18 de junio de 1738; al igual que el sultán Abu Hasan Ali Mulay Zainal-Abdin ben Ismail as-Samin, sultán de Marruecos en 1741 tras la deposición de su hermanastro el día 13 de junio y que fue a su vez depuesto el 24 de noviembre del mismo año.
La sed de poder llegó a tener forma de extraños culebrones como es el caso de la historia de Mulay Muhammad ben Ismail as-Samin, sultán de Marruecos tras deponer a su hermanastro el 19 de junio de 1738. Entró en Fez el 24 de julio del mismo año y fue depuesto en febrero de 1740. Retomó el poder el 3 de febrero de 1742 y volvió a ser depuesto una vez más en mayo de 1743. Volvió a ocupar el trono por tercera vez en julio de 1747 y fue depuesto de nuevo en octubre del mismo año. O el sultán Abu Abbas Mulay Abdullah ben Ismail as-Samin, proclamado sultán de Marruecos tras deponer a su hermanastro el 5 de marzo y entrar en Fez el 31 de marzo de 1729, sería depuesto en Meknés el 28 de septiembre de 1734. Retomó el poder a principios de 1736 y volvió a ser depuesto el 8 de agosto del mismo año. Recuperó el trono en febrero de 1740 y lo volvió a perder el 13 de junio de 1741. Una vez más lo recuperó el 24 de noviembre de ese mismo año e, igualmente, lo perdió otra vez el 3 de febrero de 1742. Lo recuperó en mayo de 1743 y fue depuesto por enésima vez en 1747, recuperándolo por última vez en octubre de 1748.
En los tiempos modernos la situación no cambiaría significativamente. El sultán El-Alawi Sidi Muhammad III ben Abdullah (1757-1790) sería el primer soberano extranjero en reconocer a los Estados Unidos en 1777; tuvo veintiún hijos y muchas hijas; su décimo primer hijo, Mulay Umar ben Muhammad, fue asesinado en 1822; el segundo hijo de El-Alawi, Mulay El-Yazid ben Muhammad, incentivado por su segunda esposa, Lalla Sargetta, una dama irlandesa o inglesa, se rebeló contra su padre sucesivamente en 1769, 1771 y 1775, pero fue perdonado en todas las veces. Sería proclamado sultán tras la muerte de su padre el 11 de abril de 1790. Fue un gobernante cruel y despiadado que originó una infructuosa guerra con España y persiguió sin pausa a los seguidores de su hermano. Murió en batalla contra su hermanastro Mulay Hisham en Marrakech el 23 de febrero de 1792. Una vez más la sangrienta estratagema hizo estragos cuando Mulay Hisham ben Muhammad se rebeló contra su hermanastro mayor el 10 de diciembre de 1790, a quien derrotó y mató en batalla el 23 de febrero de 1792 en Marrakech. Abdicó en su hermano menor en enero de 1795, se proclamó otra vez sultán en octubre de 1795 y volvió a abdicar el 29 de noviembre de 1797. El trono se convirtió en un fastidio y fuente permanente de preocupación, como ocurrió con Abu Zaid Mulay Abdu El-Rahman ben Hisham, sultán de Marruecos entre 1822 y 1859. Designado como heredero por su padre, fue suplantado por su tío al morir su padre el 11 de agosto de 1799, y no ocupó el trono hasta la muerte de su tío el 30 de noviembre de 1822, coronándose en Dar El-Makhzin, Marrakech, el 11 de diciembre de 1822. Abrió el comerció con las potencias europeas para mejorar los ingresos de las arcas públicas; firmó acuerdos comerciales con Gran Bretaña, Francia, Alemania, Portugal y España, pero de manera cobarde hizo grandes concesiones a los franceses tras invadir el territorio en 1844. Los británicos exigieron equidad y amenazaron con retirar el reconocimiento de su gobierno si rehusaba. En 1858, España le invade y no se retira hasta garantizar la cesión de un territorio, la firma de un acuerdo comercial favorable y una gran compensación de 100 millones de pesetas. Así, en vísperas de la caída de su reino, el comercio poco le había aportado y estaba con las manos vacías. Entonces Sidi Muhammad ben Hasan se rebeló proclamándose sultán en el Hauz de Marrakech en 1895 y en Zair el año 1908. Al final fue califa de Fez, como Mulay Zain El-Abidin ben Hasan, que se rebeló proclamándose sultán por las tribus de Zair, Zayan y Chararda en 1911 y en Meknés en abril del mismo año. Finalmente sería califa de Tiznit entre 1912 y 1936.
En un intento vano de poner las cosas a su favor, el sultán Mulay Abdu El-Aziz ben Hasan, sultán de Fez, Tafilalt, Marrakech y Sus entre 1894 y 1908, pidió un colosal préstamo a las potencias europeas y firmó el Acuerdo de Algeciras, poniendo el control de gran parte de la economía y la administración militar y financiera en manos de Francia, España y otros países. Esto apartaría aun más a sus súbditos, por lo que sería obligado a abdicar en su hermanastro mayor el 12 de agosto de 1908 tras un año de desórdenes e insurgencias. Más tarde residiría en el enclave internacional de Tánger. Además, obedeciendo a las mismas tentaciones, Mulay Abdu El-Hafiz bin Hasan, sultán de Marruecos entre 1908 y 1912, sultan de Fez, Tafilalt, Marrakech y de Sus, siguió exactamente con los mismos problemas que su antecesor por lo que continuaron las sublevaciones y la carencia de fondos. Francia y España, esta vez, destacaron un gran número de tropas para proteger a sus ciudadanos. El resultado, y como medio para sofocar los continuos disturbios, fue que él cedió y firmó el Tratado de Fez gracias al cual se estableció el Protectorado de Francia sobre Marruecos desde el 30 de marzo de 1912. Obligado a abdicar a favor de su hermanastro menor el día 12 de agosto del mismo año, se exilió en Barcelona en 1914 y más tarde lo haría en Francia. Murió en exilio en la localidad francesa de Enghien-les-Bains.
Sidi Mohamed V, fue rey de Marruecos desde 1927 hasta 1953 y volvió al trono desde 1955 a 1961 tras una independencia negociada con Francia. De esta manera, al beneficiarse únicamente de una especie de soberanía feudal, Marruecos se convirtió en el Manchukuo del Norte de África. Durante el reinado de Mohamed V tuvo lugar la revelación del Proyecto del Gran Marruecos y su sucesor, Hassan II, fue quien materializó el régimen autoritario, sobreviviendo milagrosamente a varios intentos de golpe de estado. Sumió a Marruecos en un terrible desorden y en una vorágine de asesinatos y desapariciones forzosas. En un acto agresivo y hostil atacó a su vecina Argelia recién independizada y usurpó el Sáhara Occidental por medio de un vergonzoso acuerdo con España. Luego, sin piedad alguna, perpetró el genocidio contra los indefensos saharauis mediante bombardeos de napalm y fósforo blanco, causando estragos y el exilio de mas de 200.000 personas, además de dividir su territorio con un muro defensivo de 2000 Km. Famoso por sus numerosas mentiras sobre el referéndum, pues prometió a la Comunidad Internacional la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, nunca respetó sus propias palabras y el prometido referéndum nunca tuvo lugar.
El rey marroquí Mohamed VI, el acomodado y joven soberano, empezó siendo un auténtico filisteo en la versión más característica de su papaíto. El nuevo rey, promocionado por los medios de comunicación como el rey de los pobres, en vez de escatimar en gastos, cínicamente y según el presupuesto del palacio, se gasta 5 millones de euros al mes en sueldo de personal, 136.000 euros en reparación de coches y cerca de 75.000 euros en comida de perros. El rey les cuesta a los contribuyentes marroquíes más de 200 millones de euros al año, 18 veces más que la reina Isabel II. El Palacio se gasta 900.000 euros en electricidad y agua, 850.000 euros en teléfono y 500.000 euros en gasolina. La factura mensual de ropa asciende a más de 170.000 euros, mientras que sólo los gastos de papel y sobres alcanzan los 90.000 euros. La fortuna personal de la familia real marroquí está estimada en más de 20 mil millones de dólares. Además y al igual que sus predecesores, el rey se beneficia de un beso de mano, de una inclinación de reverencia y de un doble beso de mejilla.
Sin embargo, los saharauis en los territorios ocupados sufren la opresión, la tortura y la segregación, pues un nuevo Apartheid se les ha impuesto y lo que es la libertad de expresión y de movimiento son todavía un patrimonio sagrado del monarca. Peor aún, el rey, con una odiosa intolerancia, ha descartado la celebración del referéndum, lo cual ha socavado cualquier esperanza de paz en el Sáhara Occidental. Como un atavismo, el regicidio siempre está planeando en el aire, el olor a sangre reina en todas partes y justo como empecé, yo le pregunto al pecador de turno, ¿Caín, dónde está tu hermano Abel?.
Por: Nafaa M.S.
Oficina del Frente Polisario, Estocolmo, 07/03/2005