OPINION

 

El silencio nos haría cómplices

Dra. Lehdia Mohamed Dafa*

En un cartel publicitario sobre la causa saharaui se ve en primer plano una niña de unos diez años aproximadamente (según la talla de los niños nacidos en el exilio saharaui de Tindouf) que abraza una pequeña pizarra (Lauh) en la cual estan escritos algunos versículos de la sura (Sabih) del Corán según pude deletrear. La niña abraza su pizarra como si fuera su única y más apreciada propiedad. En segundo plano de la misma imágen se ve una bandera del POLISARIO tan vieja y destrozada que inspira una indignación visceral. El asta esta oxidada e inclinada cual la espalada de un decrépito jorobado por la carga de los años, y las franjas a penas se identifican una de la otra por la suciedad, el polvo, el sol, la inclemencia del clima y el olvido. Reflexionando entonces sobre estas imágenes, he entrado a un laberinto de asociaciones como "Corán (Islam) y terrorismo", la vejez y el olvido de la bandera y por consiguiente de la causa saharaui y he aquí a lo que va mi opinión que es la cuestión del Sahara y el discurso internacional actual que es "la lucha contra el terrorismo".

Bien es sabido que la cuestión del Sahara Occidental esta planteada y discutida en la ONU desde hace más de 30 años y sin embargo no vemos una luz verdaderamente esperanzadora hasta el momento, porque en gran medida y a lo largo de la historia siempre ha habido algún acontecimiento-obstáculo que se interpone y dificulta la marcha de la corriente que estaba favoreciendo quizás el hallazgo de una solución positiva para los saharauis. No terminaríamos de contar empezando por la guerra fría, así como la agonía del Generalisimo Franco y terminando por los atentados del 11 de septiembre y 11 de marzo respectivamente que han marcado una nueva era en las relaciones internacionales en el mundo entero. ¿Estará entonces la causa saharaui siempre aplazada y menos urgente en las agendas de importancia de la ONU?

Qué podemos esperar los saharauis ahora que los actores internacionales más importantes estan prácticamente cien por ciento ocupados con el dilema del terrorismo internacional cuya cara más temida la constituye "el integrismo musulman". Estoy de acuerdo de que la amenaza terrorista es una realidad y un peligro inminente para la coexistencia pacífica en nuestro planeta, y es más que comprensible la ocupación de la comunidad internacional en busca de medidas y soluciones para frenar dicho "peligro".

Mas pienso que la nueva dimensión que ha alcanzado el terrorismo tiene causas y raíces que van más allá de su simple carta de presentación camuflada en la combatibilidad de los enemigos de Dios (Aadaá Allah) como es más o menos entendido y concebido en la opinión pública occidental.

Ello quedó demostrado con los atentados a los trenes de Madrid, el último once de marzo cuyos autores lo han dejado claro,"es un castigo al gobierno de Aznar por su apoyo a los americanos en la guerra contra Irak" y con lo cual el pueblo español ha acabado pagando los platos rotos (aunque el partido popular también).

Ahora, el pueblo saharaui es otra "víctima secundaria" del terrorismo internacional, invisible quizás pero lo es, porque la envergadura de tales acontecimientos como los del 11 de septiembre y el 11 de marzo a parte de todas sus otras secuelas, constituyen una calamidad más en la evolución de nuestra causa hacia la búsqueda de una solución justa, transparente y desde luego pacífica, y ahora me pregunto cómo - dentro de un mundo que esta entrando a la era de la guerra perpetua, un mundo que está siendo cada vez más violento y más fragmentado por los desentendimientos, las injusticias y el no respeto a la legalidad internacional.

Con el PSOE en el poder, España está en una posición sumamente delicada respecto a la cuestión saharaui. En los años pasados José Luis Rodriguez Zapatero ha sido "el buen amigo" (de los socialistas) del poder marroquí y querrá seguir siendólo &endash; en su forma muy "dialogante". Pero al mismo tiempo tendrá que seguir manteniendo y cumpliendo con su palabra para combatir el "terrorismo" cuyos nidos más radicales están muy cerca de la costa sur española o (sea en el mismo Marruecos) - sin manchar la "buena imágen" de la cual goza dentro de la monarquía - así como reparar los "destrozos" de su antecesor Aznar y "curar" las sin fin "heridas" - generadas por los choques de intereses estratégicos - que todavía están abiertas en las relaciones entre ambos países. De hecho ya lo está haciendo empezando por su primera visita al extranjero que tuvo por destino al reino de Marruecos y terminando por el envío de tropas marroquies a Haití bajo mando español &endash; ¿será una conspiración más?

Ahora bien, si los socialistas españoles repasarán o no las fuertes incongruencias de su política respecto a la cuestión del Sahara, al menos para no defraudar a la opinión pública española, que apoya por unanimidad la causa saharaui y que ha depositado su confianza en ellos (los socialistas) como mejor alternativa a los populares, es temprano para juzgar definitivamente.

De todas formas en la memoria saharaui retumban todavía aquellas palabras históricas de Felipe Gonzales cuando expresó que los socialistas "estarán con el pueblo saharaui hasta la victoria final". Lo cierto es que la victoria final no se ha alcanzado todavía y lo que los socialistas han demostrado hasta ahora en la supuesta búsqueda de una solución para el conflicto saharaui deja poco margen para la esperanza.

Cabrá entonces esperar que esta vez además de la "lucha contra el terrorismo" y "el respeto a la legalidad internacional" enarbolado por los socialistas españoles durante su campana electoral, no se margine una vez más a la causa saharaui, sino que se actue con acciones concretas y con una cooperación activa, seria y honesta para imponer esa legalidad internacional de la cual hablaba tanto el Señor Zapatero - donde el pueblo saharaui también tiene al menos un derecho - que es el de autodeterminacion, o será sólo la legalidad que entiende Zapatero o sea siempre y cuando que los deseos e intereses de Marruecos esten garantizados .

Francia, madre y cuna de la lucha de la liberación del hombre y la imposición e implementación de la democracia - hace siglos - siente un proteccionismo visceral por el (debil) reino de Marruecos. Insiste constantemente en promover justificaciones de nulo valor para acreditar la occupación o "marroquinización" del Sahara. Francia actua como si Marruecos fuera un huérfano bajo su tutela, y por eso nunca dejará de apoyar y alimentar los pretextos y obstáculos esgrimados por el trono Alauita en el asi llamado "proceso de paz" sin reparar desde luego en la legalidad internacional que tanto defendió en el caso de la invasión de Irak.

En lo referente a Estados Unidos sabemos que tras los atentados del 11 de septiembre del año 2001 el imperio americano ha pasado definitivamente de la guerra fria a la guerra preventiva y por tanto Washington está en el camino de imponer un nuevo paradigma caracterizado por el creciente unilateralismo, la subversión profunda de las normas internacionales y la militarización sistemática de las discrepancias. Ejemplo latente de ello es la guerra de Irak que sin esperar la luz verde de ninguna instancia internacional invadió y con ello ridiculizó a la ONU, dividió a Europa y en vez de traerle la solución prometida al pueblo iraquí sólo ha logrado agudizar la furia de lo que ellos llaman terrorismo islámico, ha destruido y arruinado al país, asumiendolo en el caos de un enfrentamiento entre etnias y grupos religiosos sin precedentes en la historia de ese pais.

De todas formas pienso que no es algo de extranar porque se sabe a ciencia cierta que el imperio norteamericano engendró en numerosos países "productos" tan peligrosos como el nacionalismo, el fanatismo religioso, el fascismo y por supuesto el terrorismo que va de la mano del proyecto de mundializacion economica liberal como proyecto opositor radical.

Según mi juicio respecto a la causa saharaui los americanos juegan todavía a ese que pretende quedar bien con Dios y con el diablo: Marruecos es su mejor aliado fuera de la OTAN, pero Argelia es un garante de hidrocarburos y el Sahara también lo podría ser - Marruecos concede licencias para explorar sin problemas. Entonces y aunque los americanos están inmiscuidos a fondo en el problemática del Sahara, no hay que olvidar que estos continuan extendiendo su hegemonía y unilateralismo porque persiguen solo sus propios objetivos que son el dominio de los recursos energéticos y la posibilidad de ejercer un control más integral sobre el planeta. Solucionar el conflicto del Sahara todavia no esta en sus planes prioritarios porque, detrás de la fachada de la búsqueda de una "solucion" es "más importante" mantener el "juego estratégico" entre Marruecos y Argelia sin grandes desequilibrios hacia uno o el otro lado.

El mundo Árabe, manipulado siempre por los grandes poderes mundiales, nunca ha sido una real perspectiva ni gran fuente de esperanza para los saharauis, ese mundo Árabe que no deja de estar atrapado por su pasado, incapaz de acceder al presente, ese mundo que bajo "anestesia" americana se ha convertido en un satélite más del imperio que tanto lo maneja a su antojo. Sabemos sin embargo que bajo el amplio dosel de "la guerra contra el terrorismo" y mientras las bombas caían y mataban (matan) a docenas de inocentes en Afganistan, Irak y Palestina, se celebran contratos comerciales y petroliferos, se registran patentes, se instalan oleoductos y se saquean recursos.

¿Dónde quedamos entonces los saharauis y en que medida nos afecta realmente esta apocalipsis? Cómo se puede resucitar a la agonizante bandera del cartel de la caravana de liberación, como se puede reanimar la lucha pacífica por la causa saharaui injustamente tratada, inadvertida, siempre postergada y olvidada en las agendas de importancia de la humanidad? Por todo lo dicho anteriormente pienso que "el proceso de autodeterminación" para el pueblo saharaui esta una vez más expuesto al riesgo de la paralización y por tanto a los saharauis no nos queda otra alternativa que estar muy alertas y tomar las medidas prácticas para reavivar el proceso de liberación del Sahara que es la verdadera fuente de esperanza para todos los que aspiramos a ver el Sahara libre y soberana. Porque el optar por cualquier otra opción o salida sería más bien el suicidio anticipado de esa fuerte convicción nuestra que albergamos desde hace más de treinta años.

Es cierto que estamos atravesando una etapa donde todo parece indicar que se ha terminado el tiempo de la paz por medio del diálogo y la persuación, mas pienso que lo que debemos hacer es afinar nuestras memorias, aprender de nuestra historia y de la de la humanidad y seguir construyendo una opinión pública internacional que se haga escuchar fortaleciendo el movimiento solidario internacional y sobre todo cooperar activamente de nuestra parte con él haciendo de éste un arma de peso capaz de influenciar a los gobiernos y a los institucions internacionales. Debemos renunciar a la espera improductiva y autodestructora, a la rabia sumisa y al conformismo sin fronteras.

Aunque estoy convencida de que las palabras no salvan, sé que el silencio mata, amedranta y nos haría a todos cómplices de esa atrocidad que es el olvido y la postergación constante de la autodeterminación y de la paz definitiva para nuestro pueblo.

* esta estudiando en Alemania una maestria en administraciones públicas

Julio de 2004


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