OPINION

 

Breve historia sobre el Sahara

Javier Perote

 

Desde mediados de diciembre último están teniendo lugar por todo Marruecos, con el patrocinio de la Instancia de Equidad y Reconciliación, unas declaraciones de antiguos represaliados políticos del régimen de Hassan II.

Ahora que se confirman  los rumores que circulaban, muy en secreto, pues el terror que inspiraba el sistema hacía que la gente no se atreviera ni a admitir sus propios pensamientos, sabemos que las cosas fueron mucho peores de lo que sospechábamos.

Lo que está saliendo a la luz sobrepasa todo lo imaginable. En Marruecos no se privaron de aplicar  al completo todo el repertorio de especialidades  que puedan caber en el  más exhaustivo manual del torturador: privación del sueño, quemaduras, estrangulamientos, corrientes eléctricas, el avión, la bañera, el loro, la picana, obligar a los detenidos a beber y comer sus propios excrementos, etc.

Todo ello llevado a cabo con  maestría y eficacia en cárceles como salidas del infierno de Dante. En Tazmamart la vida de los presos transcurría en completa oscuridad en sótanos profundos como  mazmorras medievales. A veces días y días con el cadáver, olvidado por los verdugos, de algún compañero que no había podido soportar las condiciones extremas en que vivían ni los suplicios a que se les sometía. Algo ligeramente aproximado,   pero sin luz ni colores, pueden recordar los que vieron  la película "El Expreso de Media Noche".

En una de las muchas manifestaciones que organizamos en la década de los ochenta para protestar contra las torturas y las desapariciones de muchos saharauis, se nos sumaron algunos marroquíes que habían huido en patera de su país, por estar perseguidos por razones políticas. Entre los carteles que habíamos preparado, me llamó la atención uno especialmente tétrico: un cadáver lívido, desnudo, con el rostro crispado tumbado sobre el mármol de la morgue. Pero cuando me disponía a cogerlo para exhibirlo durante la manifestación se me acercó un marroquí que en un tono tajante me dijo: deja, ese cartel lo llevaré yo, el muerto era mi hermano. Le habían matado a palos en la comisaría.

Hubo muchos represaliados bajo el reinado de Hassan II. La Instancia de Equidad y Reconciliación (IER) ha recibido 22.272 instancias de indemnización, de las cuales la IER ha admitido 16.000 demandas. Más del 20% de éstas fueron entregadas por saharauis, según datos oficiales de la IER.

Si se tiene en cuenta que la población Marroquí es de unos 30 millones de personas, y la población saharaui es sólo de unos cientos de miles se comprende, a la vista de estos datos, que esa terrible represión se ejerció con especial virulencia sobre el pueblo saharaui. En su caso, el mero hecho de ser saharaui ya le hacía a uno ser sospechoso de simpatizar con el Frente Polisario, lo cual era particularmente peligroso. Yo mismo he conocido mujeres y hombres que han pasado en prisión 14 años, y más, sólo por su condición de saharauis.

A pesar del secretismo con que se perpetraban  estas atrocidades en Marruecos, aquí en España se tenía un conocimiento bastante exacto de cuales eran los procedimientos del Sultán, y por si alguna duda había, era suficiente con recordar la saña con que el entonces Príncipe Hassan castigó a la población del Rif en las revueltas de 1958. Cuatro columnas de más de treinta mil hombres con artillería y otras armas destructivas arrasaron a sangre y fuego las aldeas del Rif no perdonando niños ni mujeres, causando miles de muertos y grandes sufrimientos a la población.

Moumen Diouri menciona en su obra "La Realidad de Marruecos" el discurso pronunciado por Hassan II el 22 de enero de 1984 después de "los motines del hambre" en el que aludiendo a la represión del Rif  suelta esta terrible amenaza contra su propio pueblo: "me conocieron como príncipe, más les vale que no me conozcan como rey". O aquella otra con motivo del mensaje a la Nación el 30 de marzo de 1965 tras las huelgas de estudiantes y de intelectuales: "no hay peligro tan grave contra el Estado como el de los que se llaman intelectuales; más os valiera que todos fuerais analfabetos".

En 1975 hubo un cambio de escenario, ya no era el Rif, ahora era el Sahara pero los procedimientos los mismos. Uno se resistía a creer las noticias que llegaban, por demasiado horrorosas, pero tristemente las vemos confirmadas con todo lo que está saliendo a la luz pública mediante el testimonio de estas víctimas.

Desde todas las asociaciones, ONGs y otras organizaciones que defendían los derechos del pueblo saharaui se hicieron llegar innumerables denuncias a los diversos ministros de Exteriores como Morán, Fernández Ordóñez, Solana, Matutes etc. de las que en raras ocasiones tuvimos respuestas.

Con frecuencia, conseguimos unir a nuestras denuncias las firmas de prestigiosos intelectuales: Aranguren, Caro Baroja, Gala…, en general personajes del mundo de las artes, de las letras, periodistas etc. Pero los políticos que gobernaban  entonces (PSOE) hacían oídos sordos y la mayoría de los medios lo que publicaban, porque así se lo hacia llegar el Gobierno, era que en Marruecos se estaban haciendo grandes progresos  hacia la democracia, o se justificaba el apoyo a Hassan II haciendo ver lo importante que era su permanencia en el poder como garantía contra el fundamentalismo.

Nosotros siempre opinábamos que la única garantía contra el fundamentalismo era un régimen justo que, por lo menos, garantizara un  mínimo de libertades para que la población no fuera oprimida por una oligarquía como el Majzen, que disfrutaba de toda clase de privilegios mientras el pueblo hundido en la miseria y la ignorancia se moría de hambre.

Poco después de la invasión del territorio del Sahara (14-XI-76) Felipe González había viajado a los campamentos de refugiados de Tinduf donde se había comprometido ante la historia a que el Partido Socialista estaría con el  pueblo saharaui "hasta la victoria final".

Pero recién llegado al cargo el Ministro socialista Fernando Morán declaraba: "no solo no haremos nada para desestabilizar al Rey de Marruecos sino que haremos todo lo que esté en nuestra mano para mantener su estabilidad".

Después de esto comenzaron una fructífera actividad vendiendo armas a Marruecos, a pesar de que este país estaba vetado internacionalmente para venderle armas por ser un país que mantenía un conflicto armado y a pesar también de que la UCD había suspendido la venta  desde 1976.

¡No nos lo podíamos creer! Este cambio de postura no se podía  entender. ¿Qué profundas razones tendría un socialista como Felipe González para emprender tan extraña amistad con semejante perla? Qué darán en Marruecos, nos preguntábamos.

En el caso del Ministro Abel Matutes las cosas estaban más claras: Filali, yerno de Hassan, uno de los máximos responsables del régimen, era su amigo de muchos años. Así lo presento él mismo con motivo de las cumbres de ministros de España/Marruecos celebradas en su época. Nos expulsó de una de estas cumbres por pedir la libertad para el pueblo saharaui. Claro que de esta forma se aseguraba el buen funcionamiento de sus negocios en Marruecos a donde tuvo la desfachatez de viajar oficialmente haciéndose acompañar por su propia hija siendo ésta eventualmente la administradora de sus negocios en aquel país.

La señora Palacio, que puso tanto interés en que en la resolución 1495 figurara la cláusula de que ninguna solución sería impuesta, sino que ésta vendría dada mediante un acuerdo entre las partes, es una de las personas responsables de que el asunto haya quedado prácticamente sin solución. Por que, a ver, ¿como se puede esperar que Marruecos siendo infinitamente más fuerte que el Polisario vaya a ponerse de acuerdo en algo que no le interese? La única forma de conseguirlo sería obligando a Marruecos a cumplir con el derecho internacional pero esta irrepetible ministra, sola o en compañía de otros, ya se encargó de eliminar esa posibilidad al incluir la coletilla de que ninguna solución sería impuesta.

En el pecado lleva la penitencia esta señora pues después del inmenso favor que hizo a los marroquíes y los desvelos por llevarse bien con ellos ya se ve el agradecimiento con que la han pagado: desde el momento en que el PP perdió las elecciones no han parado de insultar a su jefe el Señor Aznar. Además,  ¿cómo se puede decir que no se forzará una solución, si ya una de las partes ha impuesto su solución a la otra, por la fuerza? No otra cosa es lo que viene haciendo Marruecos desde que invadió el Sáhara. Lógicamente estarían plenamente justificados los medios que fueran, incluida la fuerza, para obligar a Marruecos a retirarse. No hacerlo equivale a aceptar una solución impuesta.

Imposible imaginar que a la llegada de Moratinos íbamos a añorar con tanta intensidad a doña Ana.

De todos estos horribles hechos, de los que dan testimonio sus víctimas ahora, pero que ya eran conocidos antes, el responsable máximo fue Hassan II, por lo que no deja de asombrar que hubiera jueces españoles  que consideraran a aquella especie de bestia digna de ostentar honor y que, en consecuencia, encontraran resquicios en las leyes para poder condenar a dos periodistas, también españoles, por atentar contra el honor de Hassan II. Sí, sí, ha leído Vd. bien, el  honor, el honor de Hassan II. Esto, a pesar de que los periodistas demostraron con  pruebas que la información dada sobre tráfico de drogas era verdadera.

Durante los trece años de gobierno socialista, prácticamente tuvimos vetada la comparecencia en radios o televisiones de alcance nacional. Incluso a periodistas que, en privado, no tenían inconveniente en mostrar sus simpatías por la causa saharaui, se les hacía muy difícil acceder a emitir un comunicado o un reportaje sobre el tema saharaui, y no digamos una entrevista. Únicamente, podíamos acceder a emisoras de alcance muy limitado, como Onda Verde y otras.

Para aliviar un poco la tensión de este relato, y porque viene a cuento, voy a recordar una anécdota que nos ocurrió a la secretaria de la Asociación Amigos del Pueblo Saharaui y a mí en una fría noche de un principio de enero.

Fuimos convocados a una entrevista para hablar del Sáhara en la sede de una pequeña, pero simpática, emisora cuyo nombre, de por sí, ya era indicativo de su estilo: "Radio Carcoma".

Se entraba directamente desde la calle por una estrecha puerta por la que era imprescindible meter la barriga para adentro para poder pasar. Lo primero que llamaba la atención era una profusión de pintadas y "graffiti"  en la pared: abajo esto, fuera aquello, muera Fulanez, y así. Pero sobre todo un gran cartel en el que alguien había escrito: "¡el hijoputa que se ha llevado un micrófono que lo devuelva!".

La entrevista, de más de una hora, la condujo muy bien un joven periodista que se mostró bastante tocado por la causa saharaui. Hacía un frío del demonio por lo que, en un momento dado, acerqué las manos hacia el calefactor para calentarme un poco, pero aquéllos loqueras en vez de el aire caliente ¡habían puesto el ventilador! Nos era muy difícil hacer llegar nuestro mensaje así que no podíamos desperdiciar ninguna ocasión.

Normalmente sólo encontrábamos colaboración en instituciones como sindicatos de enseñantes, asociaciones de amas de casa, de vecinos, casas de cultura, colegios ... A veces ocurría que nos convocaban para dar una charla y luego no acudían ni los convocantes; entre la población española, quizás de lo mejor informado sobre la cuestión del Sahara, sea el cuerpo de conserjes de universidad.

En la época más dura de la represión, Marruecos contó con la inestimable ayuda del mundo occidental cuyos mass-media derivaron especialmente sus críticas contra Chile o Argentina ocultando interesadamente lo que ocurría en los dominios de  nuestro amigo el Rey.

Los años de plomo de Marruecos, fueron años de cera aquí en España; la cera con que los políticos se taponaron los oídos, lo mismo siguen haciendo ahora, porque no quieren enterarse de una realidad que les incomoda.

Termino este escrito con los colegios electorales aún abiertos pero con la imposibilidad de que mi opinión pueda influir en cualquier votante. Seguro que ha ganado el SI pero yo declaro que he votado que NO. Este proyecto es a mayor gloria de Francia.

Recuerdo que cuando España ingresó en la OTAN, Ceuta Melilla y los peñones quedaron excluidos del compromiso de defensa por deseo expreso de Francia, ya que apoyan decididamente a Marruecos en sus reclamaciones sobre estas plazas. Ahora se vuelve a repetir la historia, nuestras plazas de soberanía quedan excluidas de ser consideradas como territorio europeo porque Francia sigue apoyando a Marruecos y lo quiere así, pero sí que entran los territorios suyos. Cuando España quiera defender la soberanía sobre estas plazas nos recordarán que fueron los propios españoles los que con su voto reconocieron que no eran territorios europeos.

Recuerdo el comportamiento de este país con respecto a España a través de la historia. Más recientemente  cuando la crisis de Perejil. Y tengo siempre presente que la culpable principal de todo el problema del Sáhara y los sufrimientos de los saharauis es Francia.

Madrid 2005-02-20


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