OPINION

 

Zapatero y Marruecos

Javier Perote

Zapatero no ha podido mantener por más tiempo la ambigüedad, y con ocasión de presentar Marruecos su proyecto de autonomía  en la ONU ha terminado por dar un apoyo explícito a este país  en el asunto del Sahara. Parece que así se lo han exigido los marroquíes.

Esta noticia la han reflejado casi todos los medios diciendo que los socialistas han roto su tradicional política de apoyo a la causa saharaui. Pero esto no es verdad: los socialistas nunca  han tenido una política tradicional de  apoyo a la causa saharaui. Los socialistas desde que ganaron las elecciones en el 82 han apoyado a Marruecos. Con los saharauis se han limitado a mantener las apariencias dejando que el imaginario popular hiciera el resto al adjudicar a los socialistas un comportamiento ético  que estaba (está) muy lejos de ser real.

Desde que murió Franco estos políticos se han presentado ante la sociedad como herederos y continuadores de aquellos mitificados socialistas de la Republica y, consecuentemente, todas aquellas personas que se consideran de izquierdas, hijos o nietos de antiguos socialistas, les han aceptado y les han adjudicado generosamente todas las virtudes con que durante años de clandestinidad han adornado y engrandecido la figura soñada  de sus antecesores. En ningún momento se han preguntado si verdaderamente son socialistas ni siquiera si son de izquierdas como ellos creen Pero aunque al cabo del tiempo  muchas de estas personas se sienten desorientadas con el comportamiento de estos dirigentes socialistas  se niegan a aceptar esa realidad  que no les gusta y consecuentemente  se inventan otra.

El comportamiento de la cúpula del PSOE en el asunto del Sahara ha sido lamentable, pero la gente no lo ve, no se lo creen, no pueden aceptar que los suyos se comporten así.  Fácilmente se auto engañan y solo tienen presente,  como si fuera en la actualidad, el recuerdo de las manifestaciones y los mitines de los  primeros tiempos cuajados de banderas polisarias  y animados de slogans que coreaba entusiásticamente la muchedumbre. Estos seguidores del PSOE han perdido el espíritu crítico y se niegan a ver la realidad, creen a pies juntillas  toda la propaganda del Partido, incluidas esas ambiguas frases de Moratinos y otros,  llenas de eufemismos en las que siempre cave la posibilidad de poder rectificar si conviniera: oiga no, yo lo que dije fue..  o mis palabras se ha sacado de contexto etc etc.... Buen ejemplo de lo que digo lo tenemos en las recientes declaraciones de la Sra. Valenciano desdiciéndose un día de lo que dijo el anterior.  

Recuérdense entre otras pruebas las palabras del Ministro Morán el 30 de noviembre de 1982: no solamente no haremos nada para desestabilizar al Rey de Marruecos sino que realizaremos todo lo que esté en nuestra mano para mantener su estabilidad. Enseguida se reactivaron las relaciones diplomáticas que culminaron a los dos meses con la visita de Felipe González a Marruecos.  Después vino un visiteo de personajes a uno y otro lado del estrecho; Narcis Serra, el Secretario General de defensa marroquí Mohamed Achakbar y otros. Esto hacía preludiar, como así fue, un importante incremento en las relaciones diplomáticas y comerciales entre los dos países.  Consecuencia de estos hechos fue el aumento en la colaboración militar iniciándose un programa de maniobras conjuntas a ambos lados del estrecho, pero sobre todo se firmaron   unos importantes  contratos de ventas de armamento español (empleado contra los saharauis) lo cual había sido prohibido por el Gobierno de Suárez desde noviembre de 1976. Estas ventas proporcionaron sustanciosas comisiones las cuales es posible que empezaran a engordar las primeras filesas y otras manguesas que vinieron luego. La contrapartida que paga el PSOE es el abandono del Pueblo Saharaui.

En 1985 el Gobierno socialista  se propone  devolver a Maruecos a un grupo de 21 jóvenes saharauis, entre los que se encontraba el actual representante Abdullah, que se habían refugiado en Ceuta. Para impedirlo tienen que intervenir  AI y la Asociación Pro Derechos Humanos que lo primero que hacen es recomendar  que  no se den las filiaciones de los jóvenes para impedir las represalias contra sus familias. En otro incidente posterior no se pudo evitar que el embajador español entregara a Marruecos, a unos saharauis, entre los que se encontraba  Hamad H´mad, refugiados en la Embajada española en Rabat.
  
La deficiente delimitación de las aguas de las costas saharianas y la poca atención prestada a las advertencias hechas por el Frente Polisario, que había declarado sus aguas como zona de guerra, dieron lugar a algunos  graves incidentes en los que murieron un  pescador y un cabo de la Armada Española. El Gobierno español aprovechó este incidente para formalizar el distanciamiento  con el Frente Polisario al que en algún medio  se le trató como organización terrorista. Una de las primeras medidas es la expulsión  del país de la pequeña representación que quedaba de los saharauis.

El Gobierno español a partir de entonces se desprende de su responsabilidad en este asunto ajustándose como uno más a los dictados de la ONU y tratando de mantener  ante la opinión publica el mínimo de imagen que no le hiciera perder votos, que es lo único que le importa. A pesar de ello,  una parte de la opinión popular pronto empieza  a tener la sensación de que se les ha caído la O de obrero o la E de español, y otros muchos simplemente empiezan a tacharlos  de sociolistos.

En Abril de 1987 se firman los primeros acuerdos de pesca  entre Marruecos y la CEE. A pesar de los graves incidentes acaecidos en las costas saharianas por una deficiente delimitación de las aguas en los anteriores tratados,  se va a repetir el mismo defecto en el nuevo acuerdo  debido a una ambigüedad en la redacción con la que se trata de disimular la intromisión en las aguas saharianas y el abuso consiguiente. Un grupo internacional de importantes juristas entre los que se encontraban los catedráticos de Derecho Internacional D. Julio González Campos y Dñª. Vitoria Abellán Honrubia elaboran un informe en el que denuncian, por su ambigüedad, los artículos que hacen referencia a las aguas objeto del acuerdo de pesca: la experiencia ha confirmado que la ausencia de delimitación de las aguas ha engendrado múltiples incidentes, dicen. Y más adelante señalan que la Comunidad debe determinar con sus contratantes el espacio territorial de aplicación de los acuerdos que concluye.
 Esto último parece obvio pero sin embargo el Vicepresidente de la Comisión Europea Manuel Marín González, actual Presidente del Congreso de los Diputados, uno de los responsables de los tratados de pesca  contesta  a las  protestas y reclamaciones hechas diciendo que: el acuerdo se aplica a las aguas que están bajo la soberanía o la jurisdicción de Marruecos a la que se denomina zona de pesca de Marruecos sin dar una definición geográfica más precisa. Esta forma de llamarse andana ha permitido a Marruecos expoliar durante estos treinta años el Banco pesquero saharaui y por extensión, sabedores de la impunidad de que gozan, el resto de riquezas del territorio; como los fosfatos. El último acuerdo pesquero firmado presenta los mismos defectos y se presta a un nuevo abuso que va a permitir la pesca en aguas saharianas.
Desde el año 82 en que los socialistas tomaron el poder se puede decir que sobre la causa saharaui cayó una losa de toneladas de silencio. Ningún medio abría sus puertas a  las organizaciones de apoyo, nuestra actividad quedó  reducida casi a la clandestinidad, no tuvimos ninguna ayuda de la Administración. Nuestros escritos no merecían la atención de ministros ni de otros políticos y por consiguiente ni se contestaban.  Los escritos, a precio de anuncio, firmados por las plataformas de intelectuales y los fieles abajofirmantes no les inquietaban en absoluto. Nos gastamos mucho dinero en hacernos oír ( hasta fletamos un avión) pero parecía que era hacer cosquillas a un dinosaurio   Así fuimos haciendo nuestra travesía en el desierto. Pero un día empezamos a tener la sensación de que éramos conocidos. Nos llamaban para dar charlas de los mismos sitios donde habíamos ido a pedir que nos escucharan, las asociaciones de amigos del Sahara empezaron a crecer como setas, el programa “Vacaciones en Paz” y las caravanas  de ayuda humanitaria hicieron el resto. En estos momentos la causa saharaui es la que más simpatía despierta en España. La mayoría de los españoles están a favor de los saharauis y en contra de Marruecos y esto  los socialistas lo saben, por eso la señora Valenciano se ha apresurado a recomponer los desaguisados  causados por el incompetente Moratinos y por ese extraño Presidente que disfrutamos que por su cuenta ya ha adjudicado a Marruecos el banco pesquero canario/sahariano, que así es como se llamó siempre.

La Señora Valenciano consciente de las elecciones que tenemos encima declara que el PSOE jamás ha traicionado ni abandonará jamás al pueblo saharaui, y recuerda que éste siempre apostó por alcanzar una paz justa, definitiva que sea aceptada por ambas partes.

Convendría recordar a  la Valenciano que precisamente admitir esa condición de que sea aceptada por ambas partes es la traición, por que si Marruecos se niega a aceptar alguna solución ¿seguiremos así otros treinta años? Si de verdad quiere esta señora apoyar al pueblo saharaui debe empezar por pedir a Marruecos que cumpla con la legalidad internacional y por supuesto que abandone el territorio ocupado ilegalmente, lo demás es palabrería.

Los acontecimientos que  se han sucedido estos últimos años son conocidos por todos pero viene bien resaltar que tanto  ahora como antes en los años  de plomo durante la feroz represión marroquí sobre los saharauis, el Partido Socialista se limitó a mirar para otro lado sin  prestar un mínimo de ayuda a pesar de los múltiples avisos que les hicimos llegar, noticias que nosotros recibíamos por los innumerables conductos clandestinos que nos informaban
El próximo sábado día 21 asistiré en la calle Ferraz  a la manifestación convocada por los saharauis. Es su causa y creo que nosotros debemos ponernos en un segundo plano y no tratar de suplantar su voluntad como parece suceder a algún eficiente antiguo militante en la solidaridad el cual empieza a dar síntomas de padecer el síndrome del río Kwait transformando la defensa del Sahara  en algo suyo

Javier Perote, Madrid  17/ 04/ 07


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