XI Seminario Regional de Descolonización de las Naciones Unidas

La Habana, 23 al 25 de mayo 2001

 

Intervención

de

Naama Said Yumani

Embajador de la RASD en Cuba
en calidad de representante del Frente Polisario

 

Señor Presidente,

Distinguidos Miembros del Comité Especial

 

Es un honor para el pueblo saharaui el poder participar en este Seminario, sobre todo que se trata del Comité Especial encargado de velar por el derecho de los pueblos a la autodeterminación, derecho por el que el pueblo saharaui lucha desde hace más de veinticinco años.

La cuestión del Sahara Occidental está inscrita en la agenda del Comité Especial desde los años sesenta en tanto que cuestión de descolonización y continuará siendo el primer órgano responsable de la descolonización del Sahara Occidental hasta que el pueblo saharaui haya ejercido su legítimo derecho a la autodeterminación e independencia.

La invasión y ocupación de parte del Sahara Occidental por Marruecos en 1975 es la razón por la que la descolonización del territorio sigue inscrita en la agenda del Comité Especial.

Tras dieciséis años de guerra, las Naciones Unidas y la Organización para la Unidad Africana conjuntamente, tras largas negociaciones con las dos partes en el conflicto, propusieron un plan de arreglo con el fin de resolver el conflicto de forma pacífica, a través de la organización de un referéndum de autodeterminación en el cual el pueblo saharaui elegirá libremente su destino.

Las dos partes en conflicto, el Frente Polisario y Marruecos, aceptaron formalmente el plan de arreglo presentado por la ONU y OUA, que estipula un cese al fuego, el cual entró en vigor el 6 de septiembre de 1991, y la celebración del referéndum de autodeterminación a finales de enero de 1992. Para este fin el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó la creación de la MINURSO y su envío al territorio.

La falta de voluntad política de Marruecos no se hizo esperar, a pocas semanas antes de la entrada en vigor del cese al fuego, pidió que los criterios de identificación de votantes incluidos en el plan de arreglo y aceptados por las dos partes, sean alterados para permitir a decenas de miles de colonos marroquíes ser identificados como los saharauis auténticos.

Marruecos transportó hacia el territorio a más de 170.000 colonos marroquíes con la esperanza de imponerlos por todos los medios en la lista electoral y así confeccionar a su manera la lista electoral para garantizar el resultado del referéndum.

El objetivo marroquí es que no sean los saharauis quienes decidan el futuro del pueblo saharaui sino sus colonos. La conducta obstruccionista de Marruecos hizo perder a la comunidad internacional más de 600 millones de dólares y casi diez años.

A fin de facilitar la misión de la comunidad internacional y tras largas negociaciones la parte saharaui consintió enormes concesiones, no sólo permitiendo que los colonos marroquíes se presenten para ser identificados sino también la apertura de oficinas de identificación en varios puntos dentro del territorio marroquí.

La comisión de identificación de las Naciones Unidas tuvo que procesar, siguiendo los criterios de identificación establecidos, a casi 200.000 personas, en su vasta mayoría marroquíes cuyas aplicaciones fueron sometidas por la autoridad de ocupación. Tras un laborioso esfuerzo, la comisión de identificación de las Naciones Unidas publicó en febrero del 2000 una lista provisional que comporta 86.386 votantes.

Con la publicación de la lista provisional se resolvió el obstáculo principal creado por Marruecos. Las etapas restantes que han de conducir a la celebración del referéndum son, el proceso de apelaciones para las personas que no fueron retenidas por la comisión de identificación y la celebración del referéndum.

Para las apelaciones existe un mecanismo firmado por las dos partes y aceptado por el Consejo de Seguridad en 1999, pero desgraciadamente Marruecos continuó con sus tácticas dilatorias y negó sus compromisos, rechazando esos mismos mecanismos que ya había firmado.

Marruecos, consciente de que el pueblo saharaui nunca votará por la ocupación, está intentando por todos los medios buscar una solución que niega a los saharauis su legítimo derecho a la autodeterminación.

Desgraciadamente, un país miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que estuvo en el origen del conflicto en 1975, y que se proclama defensor de los derechos humanos, se esté esforzando para privar al pueblo saharaui de un derecho básico y fundamental que es el de la autodeterminación.

Las recientes declaraciones de responsables franceses, que concuerdan con la consistente posición negativa de Francia en el seno del Consejo de Seguridad, no hacen más que confirmar la gran responsabilidad de Francia en el fracaso de los esfuerzos de la comunidad internacional para descolonizar el Sahara Occidental.

Es obvio que un derecho básico y fundamental como es el derecho de un pueblo a la autodeterminación no puede ser comprometido ni dividido y sólo ese pueblo puede ejercerlo. La posición de Marruecos y los ánimos que Francia le ofrece no auguran lo mejor para nuestra región. El pueblo saharaui dio todas las posibilidades imaginables a la paz, pero de ninguna forma podrá comprometer su derecho legítimo a la autodeterminación y a la independencia.

Señor Presidente,

Quiero reafirmar de la forma más solemne que el pueblo saharaui no escatimará ningún esfuerzo y utilizará todos los medios legítimos para defender su derecho a la libre autodeterminación e independencia.

La falta de avances en la aplicación del plan de arreglo nos acerca a la inestabilidad y al retorno a las armas, situación de la que sólo Marruecos y quien le apoye es responsable. El pueblo saharaui está sumamente agradecido al Comité Especial por el interés que no ha cesado de aportar a la descolonización del Sahara Occidental y que fiel a la razón de su existencia este Comité seguirá su noble misión hasta la descolonización de la última colonia.

Gracias por su atención.


[Documents, lettres, comunicados][Western Sahara Homepage]