Sahara Occidental

EL MUNDO, 21.03.05

Mohamed VI llega a El Aaiún con la ciudad tomada por policías y militares

Líderes saharauis han sido deportados durante los días que dure la visita del rey de Marruecos

ALÍ LMRABET. Enviado especial

El AAIUN.- Banderas. Miles de banderas. Como durante las festividades religiosas o nacionales, una infinidad de enseñas marroquíes ondean en El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental, pintando la ciudad de rojo. Los edificios públicos situados en el recorrido del cortejo real están atiborrados por centenares de banderas rojas y decenas de camionetas y furgonetas abarrotadas de jóvenes entusiastas que corean "¡Acha el malik!" (Viva el rey) y "El Sáhara es marroquí", atraviesan a toda velocidad la ciudad bajo la mirada benévola de los policías encargados del tráfico.

A primera vista, la población de El Aaiún parece eufórica ante la inminente llegada del rey Mohamed VI. Pero aparentemente no es así. "¿Has visto el aspecto físico de esa gente?", pregunta Mohamed Uld Guey, un joven saharaui envuelto en su darraa tradicional. "No son de aquí, son del norte", le responde su acompañante. Los del norte son los marroquíes, llamados también colonos por una parte de la población local.

Uld Guey quiere ser más explícito: "Los verdaderos saharauis no salen a la calle, prefieren quedarse en sus casas", remacha en dirección del reportero.

Lo cierto es que, ayer, El Aaiún estaba literalmente tomada por las fuerzas del orden marroquíes. Tanto por los GUS (Grupos Urbanos de Seguridad, una nueva fuerza policial), la gendarmería real o por batallones del Ejército alauí, cuyos vehículos de color verde claro son perfectamente reconocibles.

En los hoteles ya no quedaban habitaciones libres y muchas casas privadas fueron alquiladas o requisadas por la autoridad para albergar a los centenares de miembros de las fuerzas del orden traídos desde rincones remotos de Marruecos. Según las pocas informaciones que circulan, después de visitar El Aaiún, Mohamed VI tiene la intención de trasladarse a la pequeña ciudad atlántica de Cabo Bojador donde se hospedará hasta el jueves o el viernes. Luego, pero no se sabe exactamente dónde, el rey pronunciará un discurso a la nación que algunos responsables de la Wilaya (Delegación del Gobierno) califican ya de histórico. Se especula que Mohamed hará alguna referencia a la proposición de autonomía para el Sáhara que Marruecos presentará a la ONU en abril próximo, pero sin dar detalles.

Hammoud Iguilid, presidente de la sección local de la AMDH, una asociación de derechos humanos, no quiere hablar por teléfono. "No sé con quién estoy hablando, y prefiero ver mi interlocutor cara a cara", se disculpa antes de colgar. No le interesa hablar de la supuesta autonomía del Sáhara o de lo que "pueden ofrecernos, ya que aquí tenemos otro tipo de problemas". Tiene serias razones para expresarse así.

El sábado pasado fue arrestado por una patrulla de los GUS. Los policías lo apalearon en la furgoneta antes de llevarlo a la comisaría. Aun así, dice que tuvo suerte, ya que en la jefatura de policía "solamente" lo insultaron y amenazaron con condenarle a cinco años de cárcel por difundir "falsas informaciones" sobre la situación de los derechos humanos. Al final, fue liberado, pero su acompañante, El Mah Haiba, fue llevado a Tan Tan, distante unos 300 kilómetros. Según Iguilid, Haiba tiene la obligación de presentarse cada día a las ocho y media de la noche para pasar la noche en comisaría.

El temor a disturbios callejeros durante la visita del rey fue lo que llevó a las autoridades marroquíes a operar una represión previa contra todos aquellos saharauis que tienen alguna influencia sobre la población.

Iguilid asegura que algunos compañeros suyos fueron deportados a las afueras de El Aaiún sin más explicaciones que la prohibición de volver a la ciudad hasta dentro de unos días, y que el barrio de Maatallah, teatro de duros enfrentamientos entre los vecinos y las fuerzas del orden en 2005, ha sido en parte vaciado de sus habitantes. "Muchos vecinos han tenido que abandonar sus casas o encerrarse en ellas porque la policía los amenazó con duras represalias si se atrevieran a protestar", explica por teléfono una habitante de Maatallah.

No muy lejos de allí, dos liceos, Msala y Lisan Eddine, están literalmente ocupados por la policía. Agentes del orden disfrazados de profesores o de empleados se ocupan de administrar los centros escolares.

En febrero pasado, estos dos centros fueron el escenario de una pequeña guerra civil entre alumnos saharauis y sus camaradas marroquíes que estuvo a punto de extenderse al resto de la ciudad.

Hoy, en un discreto apartamento en el centro de El Aaiún, los saharauis, que habían colgado unas banderolas del Frente Polisario sobre los tejados de los edificios escolares, acusan a la policía de haber incitado a sus compañeros marroquíes a hostigarlos.

Un responsable de la sección local del Foro Justicia y Verdad, otra asociación de derechos humanos, que reside en el Sáhara desde hace mas de 15 años, confirma esta versión sin echar toda la culpa a los alumnos marroquíes. "Los independentistas provocan de vez en cuando con sus banderas polisarias y sus eslóganes, pero no utilizan la violencia. Hasta hace poco los escolares marroquíes no respondían. Esta vez, algún aprendiz de brujo hizo de las suyas incitándoles a reaccionar".

En medio de esta tensión, no faltan informaciones esperanzadoras. Algunos militantes de los derechos humanos, tanto de la AMDH como del FVJ, creen que el rey Mohamed VI va a hacer un gesto hacia los presos políticos saharauis repartidos en cárceles del Sáhara y de Marruecos.

Según los últimos datos, hay 69 presos saharauis en la Cárcel Negra de El Aaiún. Entre ellos, 20 aún no han sido juzgados.Otros 16 presos políticos saharauis están confinados en centros penitenciarios como Smara, Inezgane, Ait Melloul, Tiznit, Kelaat Mguna.

Un día antes para "evitar" las protestas MADRID.- El Frente Polisario consideró hoy que el rey de Marruecos, Mohamed VI, adelantó un día, y por sorpresa, su llegada al Sáhara Occidental "para evitar el rechazo de la población saharaui que prepara desde hace días manifestaciones contrarias a la ocupación y pidiendo la autodeterminación", según informó la agencia saharaui SPS.

El Polisario denunció que numerosos camiones del Ejército trasladaban desde la mañana a numerosos civiles al aeropuerto de la capital administrativa del Sáhara, "para escenificar una calurosa bienvenida al monarca".

"Los barrios de mayoría saharaui y los colegios e institutos en los que se han producido manifestaciones a favor de la República Arabe Saharaui Democrática (RASD) durante la semana pasada, se encuentran sitiados militarmente desde hace días", advirtió la SPS en un comunicado.

El Polisario recordó que en su último viaje al Sáhara, el monarca suspendió su visita a la ciudad de Smara, capital espiritual de los saharauis, para evitar los disturbios alegando una tormenta de arena.

Los saharauis afirman que la visita "agrava la tensión y amenaza seriamente la seguridad regional". "El Gobierno saharaui, que no ha escatimado ningún esfuerzo para preservar el alto el fuego e instaurar un clima de calma favorable a la descolonización de su país, hace responsable al Gobierno marroquí de las consecuencias que puedan derivarse de esta iniciativa belicosa", se indica en el texto.

El Ejecutivo saharaui estima que esta visita demuestra que Marruecos "persiste en su intransigencia y su rebelión contra la comunidad internacional para optar a una peligrosa escalada".

El Frente Polisario comparó esta iniciativa marroquí con "una violación del alto el fuego", que "amenaza con un volver de nuevo a la guerra, mostrando qué verdad es que la parte marroquí se burla de la legalidad internacional, multiplica las provocaciones en lugar de plegarse a las resoluciones del Consejo de Seguridad y las de la ONU". La RASD indicó que Marruecos ha desplazado "toda su maquinaria represiva hacia las ciudades ocupadas, con el fin de reforzar el bloqueo de seguridad y de los medios no sólo contra los saharauis, sino igualmente ante los observadores independientes y la prensa extranjera".

Por último, reclamó al Consejo de Seguridad que "condene esta provocación", denuncie "esta nueva agresión", proteja "la seguridad de los ciudadanos saharauis" y que garantice sus libertades fundamentales, en un momento en el que están "sometidos a un estado de sitio y expuestos a campañas de detenciones, secuestros y persecuciones judiciales, excitadas por el folclore y la saga de la visita del rey a la colonia".

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