Ponencia de Mahfoud Ali Beiba, miembro del secretariado del F.
POLISARIO, Presidente del
Parlamento saharaui
Manhasset USA, 08.01.08
Señor Enviado personal del Secretario general de la ONU para el
Sahara occidental,
Distinguidos Miembros de la delegación de la ONU,
Señores Miembros de la delegación del Gobierno de
Marruecos,
Señores Miembros de las delegaciones de países
observadores, Argelia y Mauritania,
Permítanme empezar con desearles un feliz año Nuevo y
expresar el sincero deseo de que sea el año de la paz justa y
duradera.
Señor Enviado Personal, Señores Miembros de la
delegación del Gobierno de Marruecos,
El F.POLISARIO viene a esta tercera ronda de negociaciones con el Reino
de Marruecos con el mismo espíritu y la misma
disposición, ya manifestados en las anteriores rondas,
de avanzar en la dirección correcta indicada en la
“hoja de ruta” que la Comunidad internacional ha elaborado
con claridad meridiana en la resolución 1754 del Consejo
de seguridad de las Naciones Unidas.
A pesar de los retrasos y obstáculos indebidamente emplazados en
el camino de la reanudación de esta ronda, y a pesar de las
gesticulaciones, interpretaciones distorsionadoras de los
parámetros de este proceso y de recientes actitudes
francamente injustificables que hicieron correr riesgos
innecesarios a este proceso, a pesar de todo esto, la
delegación saharaui considera que las dos partes, reunidas
aquí de nuevo bajo los auspicios de la ONU, están
inexorablemente obligadas a demostrar a nuestros pueblos, a la
región y a la comunidad internacional que están decididas
a avanzar y a no escatimar esfuerzo alguno para el triunfo de la
razón, de la justicia y de la legalidad internacionales y por
ende, para la instauración de una paz justa y duradera.
Se ha dicho desde siempre que lo lícito y justo es claro y lo
ilícito e injusto es evidente.
En el conflicto del Sahara occidental, cuyo origen y trágicas
consecuencias son más que evidentes, se está,
una vez mas, ante la confrontación entre colonialismo y el
derecho a la libertad cuya resultante había sido,
sin embargo, dirimida por la Historia y por la casi totalidad de las
naciones que hoy componen la Comunidad internacional.
Nada es nuevo ni extraño en este conflicto de
descolonización así definido por las Naciones Unidas.
Estamos ante, de un lado, la defensa de unos valores y principios
inscritos en la Carta de la ONU, que son esenciales para la
justicia, seguridad y estabilidad internacionales y, de otro, la
tentativa de crear un nuevo mapa basado en el
criterio de la fuerza bruta, el desorden, la
anarquía, la inseguridad e incertidumbre sobre el futuro
de todos y de cada uno de los pueblos de esta región de
África, continente que ha sido el laboratorio de las
experiencias coloniales mas trágicas y vergonzosas de la
Historia de la Humanidad.
Queremos creer que nuestros vecinos en Marruecos, en fidelidad a su
propia lucha por la libertad e independencia nacional y en respuesta
positiva al clamor de la Comunidad internacional, sabrán
acompañarnos, a partir de esta tercera ronda, en la ruta hacia
una paz justa y duradera. Sabemos que no es un camino
fácil, dadas las circunstancias y factores políticos que
han minado la necesaria confianza que debe reinar entre las dos partes,
pero estamos seguros de que es el camino menos difícil de todos
los caminos que fueron objeto de reiterado ensayo y que, en
el proceso del intento cruel y brutal de imponerlos, demostraron
sus propios limites.
Queremos que esta ronda sea diferente a las anteriores y que nos
brinde, si hay voluntad política sincera, la posibilidad de
decir a nuestros pueblos y a las Naciones Unidas que todo
mereció la pena y que las perspectivas hacia una solución
pacifica, justa y duradera basada en el respeto del derecho del pueblo
saharaui a la libre determinación son todavía reales.
En este contexto, y teniendo en cuenta los términos de
referencia establecidos por el Consejo de seguridad desde 1975 hasta su
resolución 1754 de abril 2007, consideramos que las
negociaciones pacificas y el apego al principio de la libre
determinación y a los derechos humanos son la base sobre la cual
fue construida esa perspectiva en el Plan de arreglo, en
los acuerdos de Houston y en el Plan Baker y ha de seguir siendo la
base para mantener dicha perspectiva abierta en el horizonte de este
proceso.
Coincidimos con la evaluación efectuada por el Secretario
general en su ultimo informe (S/2007/619) de 19 de octubre 2007 cuando
considera que las dos partes deben entrar en la fase de negociaciones
substanciales en el marco de los parámetros establecidos por el
Consejo de seguridad. Estos parámetros son básicamente
tres. Uno, las negociaciones directas entre el Frente POLISARIO y el
reino de Marruecos en tanto que medio para avanzar y no un fin en si
mismo. Dos, una solución política mutuamente aceptable
que asegure el derecho del pueblo saharaui a la
autodeterminación, en tanto que objetivo de este proceso
de descolonización de la última colonia en
África reconocido e inscrito como tal en la agenda de las
Naciones Unidas. Tres, la existencia de dos ideas o propuestas sobre la
mesa que representan la visión de las dos partes implicadas.
La dinámica de la negociación debe abarcar estos pilares
como un conjunto sin restricciones ni discriminaciones si queremos
que sea objetiva, racional y respetuosa de lo que la Comunidad
internacional ha otorgado como referencia y como mandato.
El Frente Polisario desea reafirmar su total vinculación a estos
parámetros. Concuerda con la valoración hecha por el
Secretario general y su Enviado personal sobre la necesidad de que las
dos partes entremos en negociaciones substanciales encaminadas a una
aplicación integra de la resolución 1754 del Consejo de
seguridad elaborada-debemos subrayarlo- para el objetivo de permitir al
pueblo saharaui ejercer su derecho a la autodeterminación en
conformidad con la legalidad internacional explicitada en la Carta y en
la resolución 1514(XV) de la asamblea general.
El Frente Polisario considera que las negociaciones iniciadas no
deben transformarse en un objetivo en sí mismo y vaciarlas
de esta manera de su finalidad correcta. Las negociaciones deben
centrarse en la sustancia a la que se refirió el
Secretario general en su informe de octubre pasado. Las bases concretas
para dichas negociaciones substantivas han sido clarificadas desde el
principio por la resolución 1754 y reiteradas por el
Secretario general en su informe de octubre 2007 al sostener que
las propuestas presentadas por las dos partes están sobre
la mesa y que deben ser discutidas las dos, en pie de igualdad.
En este contexto, reiteramos el llamamiento y la invitación al
Reino de Marruecos a responder positivamente y a aceptar la
aplicación integra de la resolución 1754 y por
consiguiente, la negociación de las vías y métodos
para que el pueblo saharaui ejerza su derecho a la libre
determinación.
La delegación del POLISARIO está dispuesta ahora o cuando
el Enviado personal lo estime oportuno, a emprender este nivel y este
grado de negociaciones. Marruecos no puede bloquear la
aplicación de los planes de paz que había solemnemente
aceptado, obstruir la celebración del referéndum de
autodeterminación al que se había comprometido y bloquear
hoy las nuevas posibilidades de una paz duradera y justa que fueron
abiertas por la resolución 1754 del Consejo de seguridad.
Deseamos formular el sincero deseo de que la delegación
marroquí abandone la retórica unilateral y la
predica en el desierto, ofrezca pruebas de realismo
político e histórico y opte esta vez por cooperar con
este nuevo esfuerzo de la Comunidad internacional que sigue
considerando, y con razón, que el pueblo saharaui debe
tener la posibilidad de ejercer el derecho a la libre
determinación y elegir lo mejor para su futuro, ya sea la
independencia, la integración en Marruecos o la autonomía
dentro de Marruecos
Si elige la independencia, queremos asegurar a nuestros vecinos en
Marruecos que esa independencia no significará dar la espalda al
gran vecino. Los elementos contenidos en la propuesta que hemos
presentado y de la que tomó nota el Consejo de seguridad
constituyen una proclamación de intenciones sincera para
construir juntos y con el resto de las naciones magrebinas un Maghreb
unido, pacificado, seguro y próspero. Los elementos
de dicha propuesta están ciertamente abiertos a la
ampliación si nuestros vecinos consideran que hay otros
intereses no cubiertos por ella.
La delegación del POLISARIO comparte el punto de vista del
Enviado personal del secretario general sobre la necesidad de que este
proceso de negociaciones sea respaldado por medidas concretas
encaminadas a crear confianza entre las dos partes, que sirvan
para enviar un mensaje positivo al Consejo de seguridad y una
señal alentadora para los dos pueblos que muestren
la utilidad positiva sobre el terreno de este proceso iniciado
hace seis meses.
En este contexto, el Frente POLISARIO considera que las medidas
propuestas en Manhasset II servirían para este triple
propósito y está abierto a su consideración
práctica. Llegados a este punto, no podemos sino expresar
nuestra sorpresa ante la decisión de Marruecos de cancelar
unilateralmente el seminario que iba a tener lugar en Noviembre
2007 en la isla portuguesa de Madeira.
No obstante, las medidas de confianza deben abarcar otros campos
que son de extrema sensibilidad y alcance. La cuestión de los
derechos humanos y su violación diaria en las zonas
ocupadas como muestran varios informes de Organizaciones
independientes así como el informe específico de la Alta
Comisaría para los derechos humanos de octubre 2006 son motivo
de profunda preocupación para la delegación del
POLISARIO.
Esta preocupación ha motivado al anterior secretario general y
al actual, Señor Ban Ki-moon , a hacer referencia a esta
cuestión en sus últimos informes al reiterar que la ONU
no puede dar la espalda a la violación de los derechos
humanos aun no teniendo todavía la MINURSO mandato
específico para vigilar el respeto de los derechos humanos.
De otro lado, instancias judiciales europeas de reconocido prestigio
han dado los primeros pasos para investigar la posible comisión
por Marruecos de un genocidio en el Sahara Occidental a
raíz de la invasión y ocupación ilegal del
territorio saharaui en 1975 por las tropas marroquíes. La
represión de nuestros compatriotas sigue siendo moneda corriente
en dichas zonas. Así acaba de confirmarlo ayer 7 de enero 2008
el resumen previo del informe de Human Rights Watch . Fosas
de más de 40 saharuis fueron halladas en el sur de
Marruecos por instancias oficiales marroquíes. La semana
pasada, fue hallada una fosa común en Smara. Todo
ello indica la existencia de una política de violación
masiva de los derechos humanos incompatible con las
obligaciones de un Estado miembro de la ONU.
La delegación del POLISARIO ha ofrecido al Enviado Personal
pruebas documentales sobre el deterioro de los derechos humanos
en las zonas ocupadas, que consideramos sumamente grave y
contraproducente para la necesaria atmósfera de sosiego y
tranquilidad que debe rodear este proceso.
Deseamos formular un llamamiento a la delegación de Marruecos
para que se respeten los derechos humanos en el Sahara occidental y que
esta cuestión no siga siendo un obstáculo político
y psicológico que, no cabe duda, dificulta
inútilmente este proceso de negociaciones.
Estamos dispuestos pues, Señor Enviado personal, señores
Miembros de la delegación del reino de Marruecos, a afrontar la
realidad y las implicaciones de esta oportunidad para la paz justa y
duradera.
Tanto Marruecos como el POLISARIO, no pueden ignorar que el
común denominador que nos une hoy y nos une con la Comunidad
internacional es la promesa, el compromiso de permitir que el pueblo
saharaui ejerza su derecho inalienable a la autodeterminación.
Debemos dejarle elegir su futuro de manera transparente, legal, justa y
libre. Es nuestro mandato, nuestra obligación y nuestra
responsabilidad.
Nos resultaría difícil de creer y de aceptar y le
resultaría a la Comunidad internacional difícil de
creer y de aceptar que Marruecos se siga oponiendo a la
solución pacifica, democrática y legal de un
conflicto que no se puede ocultar, que ha supuesto 32 años
de destrucción y muerte al pueblo saharaui y al marroquí,
que ha implicado el desembolso de enormes medios financieros a las dos
partes y a las Naciones Unidas y que está en la agenda de
todos los órganos de la ONU.
No podemos ocultar la incontenible y legitima frustración del
pueblo saharaui, que lleva esperando más de tres décadas
el cumplimiento de la promesa dada de permitirle elegir su
destino a través de un sencillo y simple referéndum de
autodeterminación. Seria una torpeza y un error grave
empujarlo a situaciones extremas.
En tanto que parte en el conflicto y en el proceso de paz, el F.
POLISARIO ha cooperado sin límites con todos los esfuerzos de la
Comunidad internacional encaminados a la elaboración y
aplicación de los diferentes planes de paz aprobados por
el Consejo de seguridad.
Es teniendo presente lo primero y lo segundo que deseamos ver en
esta tercera ronda el inicio de un verdadero proceso de paz
irreversible, asentado sobre las bases firmes y solidadas
enmarcadas por la ONU desde 1975 hasta la reciente resolución
1754 del Consejo de seguridad. El fracaso de este proceso
menguaría la credibilidad del sistema internacional,
afectaría negativamente la capacidad y autoridad de la ONU
y, lo que es mas grave, no dejaría otra opción
que lo desconocido en una región que merece que se le
ofrezca la certeza y la creencia en un futuro de paz
y de prosperidad que permita a sus pueblos sin exclusión aunar
esfuerzos para hacerlo posible.
Muchas gracias.
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