OPINION

 

EL AÑO DE LA TERCERA SEQUÍA

Liman Boisha (Periodista Saharaui).

Si existiera todvía, la nomenclatura de los años, según la mitología saharaui, éste se le podría bautizar: el "Año de la tercera sequía". En el Sáhara Occidental, sobre todo en los territorios liberados, donde en los últimos años, muchas familias saharauis, han salido al Badía (lugar de pastos y nomadeo), el paisje es de una desolación inimaginable; tres años de sequía han arrasado con cualquier esperanza que había en el desierto; el verano se acerca, y todavía no ha caido una gota de lluvia, ni se vislumbra nubes, grávidas nubes en el cielo azul del Sahara, que puedan dar luz a los nómadas que aman esa sana y primitiva forma de vivir, vivir en armonía con la naturaleza.

El ganado de muchas personas se ha diezmado, y con él el sustento de sus familias, los que han logrado salvar algunas cabezas de ganado, se han endeudado tratando de que sobrevivan, ya no vale la pena mantenerlas. La ayuda de las autoridades saharauis a los nómadas no puede resolver mucho (ni lo ha resuelto). En el norte de Mauritania, donde muchas familias fueron a parar buscando algún pasto, también los alcanzó la sequía.

En tres años consecutivos de sequía, nadie a podido salvarse, ni las familias modestas saharauis, ni las regiones militares, ni los ricos de Mauritania, que tienen varias manadas de camellos, y cuentan con recursos y dinero; tampoco las plegarias han ayudado, ni los sagaces Bouaha (exploradores)que el año pasado podían encontrar, y a veces encontraban en un inaccesible paraje un Zadef, (pequeño pasto), y entretenían con ello sus animales.

Muchos pozos, ahora, están secos. Sólo hay nada, la "nada" infinita, que en esa cruel circunstancia adquiere cuerpo y terrorífica alma.

Actualmente, cuando alguien recorre estos lugres, se sorprenderá por la magnitud de la tragedia: miles y miles de huesos de animales salpicando los polvorientos caminos, como extraños pasos de cebra; montañas de blancas costillas, algunas perforadas por el viento, como una inconcebible imagen surrealista.

Y esta sequía es real, aunque no salga en los canales de televisión; como tan real, es el conflicto del Sahara, aunque no salga nunca en la portada de un diario importante.

28.04.03


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