[Appel à tous les Nationalistes Sahraoui(e)s - Llamamento a todos los patriotas Saharaui - Appeal to all Saharawi Nationalists]

 OPINION - COMENTARIO

 

SIN ANONIMATOS, TABÚS, NI PREJUICIOS

Limam Boicha y Taufig Salama

 

Para salir del letargo en el que estamos, es necesario mucho más, que defender el principio fundamental de nuestra lucha: la autodeterminación y la independencia. Ahora se necesita un debate interno en el que todo saharaui pueda aportar sus ideas, en el cual se siente partícipe de la actual lucha y no marginado dentro de la estructura social y política de la RASD. Los dirigentes saharauis deben llevar a cabo iniciativas que ilusionan al pueblo. Trabajar, con la voluntad y esmero como antaño, y dejarse de este mundo de corrupción y nepotismo en el que se han sumergido algunos. Sacrificarse en beneficio del pueblo, y no en beneficio propio. Empezar por salvar el creciente deterioro de la educación y la sanidad. Crear un debate dentro y fuera del parlamento. Un parlamento elegido democráticamente. Es verdad que hay libertad de expresión en la calle, los medios de comunicación deben tenerla. Falta todavía mucha transparencia. Hay que fomentar la cultura democrática desde el barrio, pasando por la daira hasta las instancias mayores. Eso no nos debilita, al contrario, nos fortalece más y nos une. Los dirigentes deben debatir, ser dialogantes, y escuchar. Sobre todo escuchar. Ser abiertos ante las críticas, sin prejuicios ni desprecios.

Ahora, creemos que no es necesario crear nuevos partidos, por lo menos hasta que nos independicemos, pero sí vemos urgente y necesaria una renovación de la mayoría de los miembros del gobierno, y que cambie sus métodos de trabajo: Componer un nuevo cuerpo diplomático que esté capacitado académicamente, y con ganas de ejercer este trabajo con toda la honestidad. Hay que darle al cargo de primer ministro poder de decisión. Relanzar la imagen de ese cargo, dotarlo de sus verdaderas facultades. Debe elegir libremente sus ministros (competentes para el cargo) y pedirles cuentas. Él debe ser la nueva imagen del gobierno saharaui. El éxito y el fracaso serán suyos, de su gabinete, y no tener las manos atadas ante estacionales cambios, al menos aparentemente injustificados, que sólo desconciertan por su superficialidad. Esto permitirá que el parlamento puede exigir un control riguroso al gobierno.

Nuestra política exterior necesita proyectarse, ser dinámica. Aprovechar el potencial de internet, (una breve ojeada a las páginas web de nuestras embajadas y delegaciones en el exterior dejan mucho que desear. ¡ las que existen ¡). Participar en los miles de foros, para explicar nuestra causa, en las lenguas de mayor difusión, para sumar adeptos. Contactar con políticos, personalidades de la cultura, el deporte y el espectáculo, organizaciones sociales, y medios de comunicación, en cada país, es tarea de todos los diplomáticos desde el de menor rango hasta el de mayor posición. Esos cambios sí crearán ilusión y fortalecerán la lucha. Si alguien de nuestros dirigentes no está dispuesto a aceptar ese reto, nada más digno que dimitir. La cuestión es sencilla: renovarse desde dentro.

Los saharauis debemos empezar a creer en el debate, pedirlo, desearlo, hasta vencer la resistencia de las mentes rígidas. Proponer soluciones que sean beneficiosas para la causa, sin anonimatos, tabúes, ni prejuicios, porque si verdaderamente queremos triunfar tenemos que empezar a poner todos juntos, los cimientos de lo que queremos, sea el futuro.

14.07.04


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