INTERVENCIÓN DEl F. POLISARIO, AHMED BUJARI, ANTE EL COMITÉ ESPECIAL ENCARGADO DE LA DESCOLONIZACION

6 de junio del 2002

Señor Presidente, honorables delegados,

Permítanme antes que nada agradecerles, en nombre del F. Polisario, la posibilidad que me han brindado para dirigirme al Comité Especial para ofrecer nuestro punto de vista sobre el estado actual del inconcluso proceso de descolonización del Sahara occidental y su evolución a partir de la pasada sesión del Comité especial.

La cuestión del Sahara Occidental esta inscrita desde mediados de la década de los 60 en la agenda de la Asamblea general de la ONU como un problema de descolonización que debe ser resuelto mediante la aplicación del principio de autodeterminación a fin de que el pueblo Sahrawi pueda decidir libremente su destino.

En 1975, Marruecos, en violación de las resoluciones de la ONU y del dictamen del Tribunal internacional de Justicia, invadió y ocupó militarmente el Territorio con fines de anexión, hecho que el pueblo Sahrawi y la Comunidad internacional nunca aceptaron. Tras un conflicto armado que se prolongó por mas de 16 años, las dos partes, el Frente Polisario y el Reino de Marruecos, aceptaron un Plan de arreglo elaborado en 1990 por la ONU y la OUA para resolver pacíficamente el conflicto a través de un referéndum de autodeterminación justo y libre que permita al pueblo Sahrawi elegir entre la independencia o la integración en la potencia ocupante.

Para este fin, el Consejo de seguridad autorizó el envío de una Misión conocida con el nombre explicito de Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sahara Occidental (MINURSO). El alto el fuego, parte integrante del Plan de arreglo, entró en vigor el 6 de septiembre de 1991 con el objetivo de que el referéndum tuviera lugar en febrero de 1992. Sin embargo, la ruptura de Marruecos con el Plan de arreglo, al imponer a la ONU, en diciembre de 1991, una modificación substancial de la cláusula relativa al cuerpo electoral con vistas a legitimar un fraude electoral, conllevó un retraso de varios años.

En septiembre de 1997, gracias a los auspicios del Sr. James Baker III, Enviado Personal del Secretario general, las dos partes firmaron los acuerdos de Houston que constituyeron un gran logro en el allanamiento del camino del proceso de paz. El Secretario general, en el párrafo 26 del informe S/1997/742 considera, cito: « Con estos acuerdos, y la buena voluntad y espíritu de cooperación demostrados, las principales cuestiones contenciosas que habían obstaculizado la aplicación del Plan de arreglo han sido resueltas satisfactoriamente. » (Fin de cita). En el párrafo 27, el Secretario general va mas allá al considerar que, cito: « Los logros descritos crean las condiciones necesarias para avanzar hacia la plena aplicación del plan de arreglo, a partir de la reanudación de la operación de identificación de votantes. » (Fin de cita).

Como ya es sabido, la MINURSO reanudó dicho proceso a principios del año 1998 culminándolo en febrero del 2000 mediante la publicación de la lista provisional de votantes. Este importante avance logrado por la ONU tras 6 años de esfuerzos y más de 600 millones de dólares resolvía el principal problema que se había erigido en el camino del referéndum desde 1991.

No quedaba mas que aplicar las restantes fases del Plan de arreglo siguiendo los detallados acuerdos de Houston y fijar para el otoño del 2000 un día preciso para la celebración del referéndum.

Tras Timor Oriental, la ONU habría así logrado un nuevo éxito cuyas repercusiones para el Magreb, África y Europa serian de gran importancia.

Sin embargo, esto no fue logrado como consecuencia de las maniobras obstruccionistas de Marruecos al interponer 130.000 recursos de apelación para impugnar la lista de votantes publicada en febrero 2000 por la MINURSO. Marruecos, al concluir que el referéndum de autodeterminación conduciría a la independencia del Sahara occidental, decidió detener el proceso de aplicación del Plan de arreglo y de los Acuerdos de Houston hasta hoy día, convencido tal vez de que a ciertos niveles dentro de la estructura de la Organización de las Naciones Unidas tendría asegurada la impunidad para tomar esa grave decisión.

En efecto, desde el mes de febrero del 2000, los informes del Secretario general empezaron a reflejar un súbito pesimismo precursor de un viraje gradual hacia un intento de abandono del Plan de arreglo y su substitución por una alternativa que, como se vería mas tarde, implica satisfacer las ambiciones territoriales marroquíes sobre nuestro país. Así, los progresos logrados por la MINURSO fueron indebidamente minimizados mientras que los acuerdos de Houston, que habían sido altamente valorados por el Secretario general, fueron eclipsados, como si nunca hubieran existido.

A partir de esta evolución, lo que iba a ocurrir ocho meses después, en septiembre del 2000, en el encuentro de Berlín, no fue una sorpresa.

En la capital alemana, las dos partes nos reunimos con el Sr. Baker. En el curso del encuentro, Marruecos proclama abiertamente el fin de su cooperación con el Plan de arreglo y declara, como se puede leer en los párrafos 15 y 28 del informe S/2000/l029 que esta dispuesto solamente a aceptar una « solución política » que le conceda de antemano la soberanía sobre el Sahara occidental. En su reciente informe de febrero del 2002, el Secretario general de la ONU así como su enviado personal reconocen en el párrafo 48 que « Marruecos no estaba dispuesto a seguir adelante con el Plan de arreglo».

Sr. Presidente,

La evolución de los acontecimientos desde la pasada sesión del Comité especial refleja la cristalización del intento de abandonar el Plan de arreglo a favor de los intereses de la potencia ocupante. A principios de mayo del 2001, el Frente Polisario recibió al Enviado Personal del Secretario general, portador de unas propuestas marroquíes, que por su contenido y propósitos, son totalmente inaceptables.

Dichas propuestas, publicadas en el informe de 20 de junio 2001 (S/2001/613) bajo el equívoco nombre de Proyecto de Acuerdo Marco, preconizan básicamente la siguiente solución: Tras un periodo de 5 años, en el cual la potencia ocupante tendría la soberanía sobre el Territorio, se celebraría un extraño referéndum sobre el status final del Territorio en el que podría participar cualquier ciudadano marroquí que haya residido en el Sahara Occidental un año antes de dicho referéndum. En efecto, el Proyecto de acuerdo Marco estipula en su párrafo 5, cito: « Para ser habilitado a votar en dicho referéndum, el votante debe haber residido continuamente en el Sahara Occidental durante el año anterior ». ( Fin de cita). El párrafo 5 no hace sino reflejar fielmente el deseo expresado por Marruecos en la reunión de Berlín ya mencionada.

Esto es en esencia el propósito del llamado Proyecto de Acuerdo Marco al cual se aferra hoy Marruecos. No resulta difícil saber el origen del mismo. Es una propuesta marroquí que introduce al cabo de 5 años la idea del « referéndum confirmativo » de la ocupación que Marruecos ha perseguido desde el inicio del Plan de arreglo.

La consistencia jurídica y política del llamado Proyecto de acuerdo marco así como la coherencia de los argumentos esgrimidos para introducirlo como substituto al Plan de arreglo no resisten el menor análisis.

1. Desde el punto de vista de la legalidad internacional, el proyecto de acuerdo marco es nulo de pleno derecho en la medida en que arrebata al pueblo Sahrawi el derecho a la autodeterminación para concedérselo a la población civil de la potencia ocupante del Territorio. Trunca, quiebra y transgrede de forma evidente un principio fundamental recogido en la Carta de la ONU y para un propósito contrario al objetivo y razón de ser de ese mismo principio, que es la descolonización.

2. Desde el punto de vista político, el Proyecto, contrariamente al Plan de arreglo, no ha recibido la aceptación de las dos partes. Solo Marruecos, por razones obvias, lo acepta. Es en este sentido una propuesta unilateral.

3. El Consejo de seguridad examinó- en junio del 2001 y recientemente en abril pasado -ante la inesperada insistencia de algunos miembros del mismo- el llamado proyecto de acuerdo marco. En las dos ocasiones, el Consejo no otorgó su endoso a la injusta propuesta. En cuanto a la ultima sesión de la Asamblea general, ésta tampoco otorgó su endoso al Proyecto de acuerdo marco a pesar de la febril agitación de la delegación marroquí.

Sobre la base de ello, la falta de legalidad, de consentimiento de las partes y de endoso internacional, hace que esta propuesta de solución sea no solo inviable sino también inaplicable.

En cuanto a los argumentos que fueron esgrimidos de forma directa o indirecta para presentar el Proyecto de acuerdo marco como alternativa al Plan de arreglo, debo citar tres:

1. El primer argumento quiere hacer ver que el procesamiento de los 130.000 recursos de apelación introducidos por la potencia ocupante para detener el proceso del referéndum llevaría mucho tiempo de forma que el referéndum no se podría celebrar antes del 2002.

Sin embargo, estamos a mediados del 2002 y si la ONU hubiera iniciado el procesamiento de los recursos tal vez ya habría finalizado la operación y el referéndum habría podido ser ya organizado. De otro lado, es incongruente sostener que un referéndum en el plazo de 2 años en el marco del Plan de arreglo es un tiempo excesivo cuando el llamado proyecto de acuerdo prevé un referéndum no solo fraudulento sino también en 5 años o más.

2. El segundo argumento considera que el referéndum de autodeterminación previsto por el Plan de arreglo tiene el inconveniente de permitir al vencedor « llevarse todo ». Este argumento quiere desde una muy cuestionable legitimidad reemplazar la esencia de la autodeterminación, en tanto que derecho democrático reconocido a un pueblo, por un calculo de ganancias y perdidas. De un lado, todo referéndum o elección democráticos se organizan para que el pueblo interesado pueda elegir libremente entre varias opciones. En el caso que nos ocupa, el pueblo Sahrawi, debe elegir entre la independencia o la integración en la potencia ocupante. Gane la opción que gane, el vencedor, el único vencedor, es el pueblo Sahrawi. Es, por consiguiente, cuando menos sorprendente que en informes del Secretario general se critique la vía del referéndum de autodeterminación cuando es la esencia de la posición de la ONU sobre la cuestión Sahrawi.

3. Finalmente, esgrimen Marruecos y los pocos defensores del Acuerdo Marco, que si se celebrara el referéndum dentro del Plan de arreglo, no hay mecanismos previstos para hacer que las partes respeten y cumplan con los resultados del referéndum.

Esto no debe ser presentado como algo insuperable. La aplicación del Plan de arreglo está emplazada bajo la autoridad del Conejo de seguridad, el cual puede en todo momento establecer esos mecanismos, inclusive el recurso al capítulo VII de la Carta, para asegurar que las dos partes acepten los resultados del referéndum.

Dicho lo anterior, es evidente que el Proyecto de acuerdo marco refleja un intento injustificable para conducir el proceso de descolonización del Sahara occidental por una ruta que entra en colisión directa con la doctrina de la ONU en materia de descolonización. Es por todo lo anterior, que el Frente Polisario reitera hoy una vez mas su rechazo categórico a este proyecto.

Señor Presidente,

En Febrero del presente año, el Secretario general y su Enviado Personal presentaron al Consejo de seguridad 4 opciones (Plan de arreglo, el proyecto de acuerdo marco, partición del territorio y retirada de la ONU) para intentar resolver el conflicto. Las tres ultimas significan el abandono del Plan de arreglo..

Todo este ejercicio es realmente muy preocupante ya que esta proliferación de opciones para resolver un problema de descolonización se hace sobre la base de aceptar como un hecho legitimo la obstrucción de Marruecos al Plan de arreglo. Al actuar de esta manera, la ONU asume para sí misma la obstrucción en lugar de neutralizarla. Al final, como consecuencia de una especie de « síndrome de Estocolmo », cuesta muchas veces distinguir entre Marruecos y la ONU en lo que respecta al proceso de descolonización del Sahara Occidental.

Debemos subrayarlo, el Plan de arreglo es la única solución aceptada por las partes; no puede ser considerado como una opción más. El Plan de arreglo fue desde 1986 a 1988 una propuesta conjunta de la ONU y de la OUA; una opción, pero dejó de serlo desde el momento en que las dos partes la aceptaron, factor que permitió al Consejo de seguridad endosarla en 1990 como la solución al conflicto. Tratar por consiguiente de abandonar el Plan de arreglo en el momento en que demostró su máxima viabilidad simplemente porque una parte, Marruecos ha decidido no respetar sus compromisos no es una razón política y legalmente convincente para la búsqueda de otras opciones, sobre todo cuando su objetivo básico es otorgar al ocupante marroquí todo o parte del botín, legitimarle total o parcialmente la anexión por la fuerza del Territorio.

En el momento en que el pueblo de Timor Oriental festeja su merecida independencia, se convierte en una ironía ver como la ONU es tentada y empujada por intereses ocultos a buscar la vía que permita a Marruecos festejar la legitimidad de su agresión contra el pueblo Sahrawi.

Marruecos ha violado la legalidad internacional al ocupar militarmente un Territorio que no le pertenece, donde viola los derechos humanos de una población civil indefensa, mantiene el Territorio cerrado a todo observador independiente y a los medios de información, al tiempo que se entrega a un sistemático saqueo de las riquezas naturales del territorio que ofrece al mejor postor. Desgraciadamente, todo esto se hace en presencia de una Misión de las Naciones Unidas, la cual desde su posición de rehén de la voluntad de las autoridades de ocupación, no ha podido cumplir con la misión encomendada de organizar un referéndum de autodeterminación ni ha servido para mitigar las violaciones a los derechos humanos en el territorio.

Señor Presidente,

Los próximos meses serán de particular importancia para el proceso de paz en el Sahara Occidental. La ONU tiene ante sí un sencillo problema de descolonización y una solución al mismo detallada para salir indemne y con el prestigio realzado. El pueblo Sahrawi no renunciara a su derecho a la independencia y reitera su profundo interés a que se alcance por vía pacifica esa descolonización pendiente. Hemos cooperado sin limites para que la ONU culmine con éxito su misión en el Sahara Occidental, pero al mismo tiempo nos asalta frecuentemente la impresión de que esa cooperación no ha servido para mucho o que tal vez fue mal interpretada.

Los hechos nos demuestran que cuanto más flexibilidad y cooperación hemos mostrado más intransigente se ha mostrado Marruecos y más se ha alejado la ONU de sus propias resoluciones.

Si la ONU no reestablece con hechos inequívocos su credibilidad seriamente afectada en la cuestión del Sahara occidental, corre el riesgo de convertirse en factor de complicación del problema en lugar de ser parte esencial en la solución. En ese supuesto, su presencia en el territorio pierde sentido y seria mejor que se retire del territorio a fin de que no se convierta en instrumento de protección de un ejercito de ocupación.

El Comité especial esta hoy llamado mas que nunca a reactivar su interés y seguimiento de la cuestión del Sahara occidental. Marruecos, a quien la ONU no considera ni siquiera como potencia administradora del Territorio, mantiene una presencia ilegal en nuestro país que constituye no solo una violación de la Carta de la ONU sino una permanente fuente de inestabilidad e inseguridad en toda la región. Es algo intolerable, injustificable, que no debe perdurar ni un día más.

Muchas gracias.


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