International conference on multilateralism and international law,
with Western Sahara as a case study


4 and 5 December 2008
Pretoria, South Africa


ADV Z.L. MADASA
Miembro del Comité de relaciones exteriores del Parlamento (Sudafrica)


 LA GEOPOLITICA Y REALPOLITIK COMO IMPEDIMENTOS AL EJERCICIO DEL PUEBLO SAHARAUI DE SU DERECHO DE AUTODETERMINACION

[traduccion por Lih Beiruk (no oficial y a la espera de su revisión) de ‘Geopolitics and Realpolitik as impediments to the Saharawi’s Right to Self-determination’ speech by Adv Z. L. Madasa from the Parliamentary Portfolio Committee on Foreign Affairs]

La historia del Sahara Occidental es un relato épico sobre el último reducto colonial en Africa el cual ha desconcertado y dividido a la comunidad internacional. Sin bombas y con una asombrosa falta de acción diplomática, la historia, si bien llena de tragedia, carece de los factores dramáticos necesarios para ser propulsada a las primeras paginas de los periódicos. El mundo esta familiarizado con los sufrimientos de los palestinos que viven en los campamentos de refugiados durante mas de 50 años , pero esta menos familiarizado con la situación  de otro pueblo árabe que languidece olvidado en campamentos de refugiados separado por un muro de arena. Durante más de tres décadas desde la declaración de la Republica Árabe Saharaui Democrática (RASD) la causa del pueblo saharaui ha ido decreciendo hasta convertirse en un problema sin salida pese a la preocupación de la mayor parte de la comunidad internacional. En un mundo donde las probabilidades de resultados se pueden predecir a menudo con probabilidades de acertar, nadie, ningún experto, ningún diplomático puede haber anticipado que tras mas de tres décadas los refugiados saharauis estarían viviendo todavía en sus ciudades de tiendas en el desierto argelino separados de sus familiares y allegados que viven bajo la ocupación sin libertad ni dignidad.

La historia del pueblo del Sahara Occidental había sido mancillada con el estigma de la realpolitik por un momento. El telón de fondo geopolítico que por el espacio de mas de treinta años cubrió la lucha del pueblo saharaui mostró el cambio del contexto internacional de la región de la realpolitik de la “Guerra Fría” a la realpolitik de la “Guerra contra el Terrorismo”. El problema del Sahara Occidental esta esencialmente relacionado con la evolución de la relación que existe entre Marruecos y Argelia con los Estados Unidos, Francia y España y a través de ello con África entera y con el mundo. Día a día los saharauis se enfrentan a decisiones  basadas en consideraciones de poder en lugar de ideales, de la moral, de justicia o de principios. Y mientras la lucha del pueblo saharaui avanza lentamente, y cada fase es acompañada con el tumulto de su propio esfuerzo diplomático como practicantes de la política cumplen sus labores y van avanzando su causa y dirigen la marcha de su pueblo.

La historia del conflicto del Sahara Occidental esta tapizada de palabras contenidas en muchas resoluciones abandonadas. Mientras la comunidad internacional continua adoptando cuidadosamente prudentes  resoluciones en las Naciones unidas , resoluciones que son rehenes de los equilibrios e intereses por mantener los compromisos, los refugiados saharauis en sus campamentos de refugiados sufren ya otro día que pasa en la espera que llegue el día prometido para que puedan volver a sus hogares.

Si hablas con diplomáticos o expertos en el problema saharaui, casi todos ellos reconocen que la legalidad y el derecho están de la parte saharaui. Incluso el mismo Ex enviado Especial del Secretario general de las Naciones <unidas para el Sahara Occidental dijo  de manera clara recientemente al Consejo de Seguridad que el derecho esta del lado de los saharauis. Al mismo tiempo acuso también a los llamados grandes poderes de decisión de sostener inmoralmente a Marruecos.

Cada vez mas los saharauis se han visto frente a “las realidades del poder” basado en duro, practico e incluso algunas veces coercitivas e inmorales consideraciones. Los saharauis están obligados a hacer frente al mundo  tal cual es   y no tal como debería ser. ¿Podría esta ser la última y deprimente lección del conflicto del Sahara Occidental?  ¿Debemos aceptar que el mundo este siendo gobernado por los tristes cálculos de “intereses” y de la realpolitik ¿ Podría aceptarse como constataciones, en la movediza arena de la  política, la situación de de olvido de miles de saharauis que esperan pacientemente el prometido derecho a decidir su futuro? ¿Puede haber un compromiso entre la legalidad internacional y la realidad política ¿. ¿Es el derecho internacional únicamente un instrumento  en el saco de la diplomacia que puede ser utilizado para justificar acciones políticamente motivadas ¿ El resultado del problema del Sahara Occidental es claramente de gran importancia para miles de saharauis y para sus familiares, pero ¿ Puede su destino depender únicamente  de si afecta o no a los intereses de las grandes potencias ¿ ¿Puede esta consideración rendir justicia ¿

La realidad política es subjetiva. Por consiguiente las normas sobre las que se basa el orden internacional a través del multilateralismo y del gobierno del derecho siguen siendo el requisito esencial para la solución de los conflictos entre las naciones.

Todos esperábamos, algunos incluso con la copa en la mano, que el reloj anuncie la medianoche la vispera del nuevo año 1999. ¿Que podemos anticipar ¿ Algunos dan la bienvenida al nuevo milenio con un sentimiento de confianza en que el espectro de la destrucción nuclear haya sido apartado con el fin del mundo bipolar dividido en Este y Oeste. Otros sentían con temor el ascenso de un orden mundial dominante centrado en los países del Oeste. El poder sísmico hizo que el ultimo milenio, en su fase terminal, hiciera que en los ojos de los vencedores, esto sea el inicio de una era donde la rivalidad en el dominio político, económico y cultural sea ya establecida-y la historia este ya establecida definitivamente. Los países del Oeste habían ganado y los Estados Unidos de América eran los que definían el poder en el occidente triunfante.

Ahora imaginase que en la misma fiesta en  que celebras la llegada del nuevo milenio tengas la ocasión de encontrarte con vidente tradicional africano que dice poder adivinar el futuro echando los huesos y predecir lo que ocurrirá próximamente. Tras pronunciar las palabras encantadoras y  hacer volcar los huesos y estos prevén  el derrumbe de las Torres Gemelas, el ataque al Pentágono, anuncian dos guerras que no serán ganadas, que Corea del Norte hará explosionar una bomba nuclear.  Oyes hablar de los precios del petróleo llegaron a 147 dólares el barril y vuelven a caer por debajo de 50 dólares el barril, una guerra en Líbano en la que le ha ido mal a Israel. Podrías sospechar que Gaza seria ganada por Hamas y que los bancos y las industrias serian nacionalizados en los grandes bastiones del capitalismo. ¿O que en un futuro próximo un hombre de color

Será elegido  para ser el jefe de la Casablanca. El mundo no es estático y la historia no ha terminado.

¿A que viene esto ¿ La cuestión permanecerá mientras que el destino de los saharauis sea determinado por las fuerzas regionales y globales que siguen los dictados de los intereses particulares y los cuales desafortunadamente no siempre están del lado de los saharauis,  ni en los meritos de su causa para que esta encuentre una solución central. La responsabilidad legal, moral y política de las Naciones unidas esta clara. El mandato de la ONU y de sus misiones es el de ayudar  la concluir el proceso de descolonización de la ultima colonia en África. El mandato de las Naciones unidas no consiste en gratificar al agresor responsable de la violación de la legalidad internacional y que rechaza cumplir con las resolución de las >Naciones Unidas. Si es así no solo se traiciona al pueblo saharaui  sino también se traiciona a la comunidad internacional en su totalidad. Seria verdaderamente  una afrenta solicitar a los saharauis quienes han sufrido enormemente bajo la ocupación marroquí de su tierra y la denegación de sus derechos humanos básicos, pedirles que acepten una “una política realista” impuesta y negociar un compromiso con la legalidad internacional. Las Naciones unidas no puede lavarse las manos en el conflicto del Sahara Occidental y abandonar así sus responsabilidades- si lo hace, sufrirá la credibilidad del organismo internacional y su integridad será enterrada en las arenas del desierto.

Uno puede  imaginar el soplo de la paciencia colectiva de todo un pueblo en espera de volver a sus hogares tras más de treinta años retenido por la creencia de que algún día su retorno se hará realidad porque el mundo vela por que ellos puedan ejercer su derecho legítimo en un acto de autodeterminación a través de un voto. Para aquellos de nosotros que quieran creer que el mundo es esencialmente justo, que los errores serán enmendados,  y que en nuestras políticas con otros países y pueblos demostrar que somos sustancialmente justos y correctos, la interminable negación de la justicia a los saharauis debe avergonzarnos. Para este caso se trata de un pueblo que tiene todo el derecho de su lado, el derecho internacional es el principal sostén de su causa, un tema en la agenda de las Naciones Unidas  y de su Consejo de seguridad durante décadas, todo esto no puede haber sido ignorado.

Existe también algo que puede preocupar y es la posible reacción de un pueblo que ha dado fe a las prescripciones legales de un proceso aun si ese mismo proceso había sido traicionado hace ya mucho tiempo. La realidad es que los saharauis han estado esperando y la amenaza de una conflagración regional si su paciencia se agota con el apropiamiento de Marruecos de los territorios saharauis al margen de todo proceso legal es una hipótesis a no descartar. Existe verdaderamente una línea trazada en la arena que los saharauis no pueden cruzar a menos que acepten ser marroquíes.

La comunidad internacional y Sudáfrica no podrán nunca guardar silencio si los principios del derecho internacional son flagrantemente violados. El precedente presidente  Nelson Mandela dijo “No hay nada comparable a la libertad”. Y África no podrá estar libre mientras el Sahara Occidental no se libere. Negar al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación seria una injusticia que perseguirá para siempre a la conciencia del mundo.


[ARSO HOME]  [Summary Conference Pretoria 2008]