Defensores de los derechos humanos en el Sahara Occidental

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Carta abierta a la 58° sessión de la Comisión de Derechos Humanos de las NNUU , Ginebra, marzo-abril, 2002

Desde 1975 y debido al conflicto político-militar que afecta a la región, el Sahara Occidental se encuentra en una situación que se caracteriza principalmente por la práctica de una cruel represión contra la población saharaui, represión ejercida por el Estado marroquí. El objetivo esencial de esta represión es sembrar el terror entre la población saharaui que reclama el derecho a la autodeterminacion.

El Estado marroquí ha llevado a cabo un genocidio colectivo contra los saharauis. Centenares de ellos continúan en desaparición forzada en las mazmorras secretas de Marruecos en las que se practican los más crueles métodos de tortura corporal y psicológica. La ausencia de estos saharauis es causa de permanente sufrimiento para sus familias.

Todas las generaciones de saharauis han sido vítimas de estas campañas de secuestros y detenciones: los ancianos, los jóvenes, inculso las mujeres embarazadas, los bebés, ... etc.

Decenas de saharauis han sido llevados ante los tribunales marroquíes y sometidos a procesos injustos. A otros se los ha enterrado vivos. Para encubrir estos crímenes cometidos contra los saharauis el Estado marroquí ha instaurado una ocupación militar y policiaca en el Sahara Occidental y ha procedido al control de los medios de comunicación.

Al inicio del conflicto, en 1975, con el sólo objetivo de salvar sus vidas, miles de saharauis eligieron abandonar el territorio del Sahara Occidental invadido por Marruecos. Muchos de ellos se instalaron en campos de refugiados en el territorio argelino, otros eligieron la diáspora. La situación ha causado un enorme desgarro entre la población saharaui.

A partir de la entrada en vigor del alto al fuego instaurado por las Naciones Unidas [en 1991], los defensores de los derechos humanos saharauis han denunciado y condenado constantemente al Estado marroquí por las violaciones de estos derechos cometidas contra la población saharaui. Pero a estas denuncias, que desafian incluso el aislamiento informativo que sufre el territorio del Sahara Occidental, las autoridades marroquíes responden con campañas de intimidación contra estos defensores de los derechos humanos. Y los órganos de prensa de los partidos políticos marroquíes emprenden histéricas campañas contra ellos llegando incluso a reivindicar la detención de los mismos.

Sin embargo, a pesar de la bárbara represión ejercida por las autoridades marroquíes, el pueblo saharaui nunca ha recurrido a las acciones terroristas para exigir el respeto de sus legítimos derechos. El pueblo saharaui ha preferido más bien buscar el apoyo de la comunidad internacional a pesar de la indiferencia mostrada por la misma con respecto a su sufrimiento. Se trata de un pueblo que ha elegido una lucha LIMPIA. Un pueblo portador de un mensaje de PAZ.

En consecuencia, las violaciones a los derechos humanos en el Sahara Occidental únicamente terminarán cuando la PAZ sea instaurada en la región y esta paz solo se logrará con la organización de un referéndum de autodeterminación bajo la égida de las Naciones Unidas. Un referéndum de autodeterminación que permita a los saharauis pronunciarse libremente sobre el estatus político definitivo del Sahara Occidental.

Pero hasta la organización de este referéndum, la comunidad internacional tiene la obligación moral de exigir al Estado marroquí que respete los derechos humanos en el Sahara Occidental conforme a los principios del Derecho Internacional Humanitario. Para ello el Estado marroquí tiene que comprometerse a:

  • Establecer la verdad sobre la suerte de los desaparecidos saharauis y la liberación de los que aún viven, así como la restitución de los restos mortales de los fallecidos bajo tortura en las mazmorras secretas marroquíes.
  • La liberación incondicional de todos los detenidos políticos saharauis actualmente encarcelados en prisiones marroquíes.
  • La indemnización material y moral, de acuerdo con las normas internacionales, a todas las víctimas de violación de los derechos humanos en el Sahara Occidental.
  • El juzgamiento de todos los responsables de las violaciones de los derechos humanos cometidas en el Sahara Occidental.
  • El respeto de la Convención internacional referente a la protección de los defensores de los derechos humanos.
  • El respeto de la Convención de Ginebra referente a la protección de los civiles durante los conflictos armados.
  • La apertura de una investigación sobre el caso de las fosas comunes.
  • La protección de los saharauis de las minas anti-persona y la indemnización a los que han resultado víctimas de estos artefactos.
  • Levantamiento del cerco militar, de seguridad y mediático que sufre el Sahara Occidental.

Por último, es una obligación política y moral de los países miembros de la Comisión de Derechos Humanos y de las ONG que participan en la 58 Sesión de esta Comisión, tomar las medidas necesarias para que sea adoptada una resolución concerniente al respeto de los derechos humanos en el Sahara Occidental y en particular que se resuelva la constitución de una comisión internacional encargada de establecer la verdad sobre los hechos violatorios de los derechos humanos cometidos por el Estado marroquí a partir de 1975 contra la población saharaui.

Por otra parte, y a pesar de la presencia de la MINURSO en el Sahara Occidental, el Estado marroquí continúa practicando la represión contra el pueblo sahararui. Para neutralizar esta represión, y por consiguiente proteger a este pueblo, es extremadamente urgente que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU proceda al nombramiento de un comisionado especial que supervise la situación de los derechos humanos en el Sahara Occidental.

Contamos con el apoyo de ustedes.

El Aayún, 25 de marzo del 2002

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