Francesco M. Bastagli
Ex-Representante
Especial del Secretario General de la ONU para el Sahara Occidental
DECLARACION
[traduccion
por Lih Beiruk (no oficial y a la espera de su revisión) de Statement
by Francesco M. Bastagli , Former
Special Representative of the Secretary-General for
Western Sahara]
Primeramente, deseo unir mi voz a los precedentes oradores
expresando mis agradecimientos al Departamento Sudafricano de Asuntos
Exteriores y a la Universidad de Pretoria por su generosa hospitalidad.
Auspiciando un prestigioso conclave sobre el una de las
más meritorias causas a las que hace frente África hoy,
han mostrado una loable visión y compromiso.
Antes de abordar la sustancia del tema de hoy, permítanme hacer
una observación general. Podrían oírme expresar
severas críticas a la gestión que hace las Naciones
unidas en el conflicto del Sahara Occidental. Habiendo dejado la
organización, lo hago en la convicción de que en el
Sahara >Occidental las Naciones unidas fracaso en el cumplimiento de
algunas de las mas básicas obligaciones. Es porque me preocupo
enormemente por los principios consagrados en la Carta que hago
público estas preocupaciones cuando me era imposible hacerlo
durante mi mandato en el Sahara Occidental. Sin embargo, mi
crítica, no va dirigida a las Naciones unidas en general y no
estoy de acuerdo con los extensos juicios de algunos de los precedentes
oradores.
Señoras y señores,
Más de 70 países reconocen hoy al gobierno de la
Republica Árabe Saharaui Democrática como el
representante legitimo del pueblo saharaui. Al mismo tiempo, 33
años después de la invasión Marroquí, casi
nadie reconoce la ilegal ocupación del Sahara Occidental. En el
enrarecido mundo del gobierno internacional, continúan
adoptándose declaraciones y resoluciones de apoyo al derecho
incondicional e inalienable a la autodeterminación del
Territorio.
Aun, hasta hoy, el Sahara Occidental sigue siendo el último
conflicto de descolonización irresuelto en toda África.
El margen entre la legalidad y la conveniencia política se
acentúa cada vez más. La realpolitica es
evocada para justificar el fracaso de imponer a Marruecos conformarse
con los principios fundamentales del derecho internacional y de la
justicia. La realpolitica, como cobertura de la arrogancia y de la
fuerza desenfrenada, socava la base fundamental de unas relaciones
internacionales equitables. Un objetivo esencial de instituciones como
las Naciones unidas es el de promover cánones comunes para regir
los asuntos internacionales. Esos cánones deben estar basados en
principios universales de justicia y de legalidad. Resulta tan
regresivo como irresponsable para todos – en particular para los
funcionarios oficiales y diplomáticos- evocar la realpolitica
como guía de referencia para la gestión de los
desafíos internacionales. Además, en el caso del Sahara
Occidental Realpolitica una vez mas representa keine politik, o
sencillamente apolítica.
Desde que Marruecos rechazo el Plan Baker de 2003, es el olvido
deliberado, y no la realpolitica, la expresión que
mejor describe el comportamiento de la comunidad internacional
Señoras y señores,
Semejante abandono se refleja en la falta de progreso hacia la
autodeterminación. Pero existe también en este
comportamiento una obligación que la comunidad
internacional, y en particular de las Naciones unidas, fracaso en
cumplir. El Capitulo XI de la Carta de las Naciones unidas reconoce
que, mientras se esta pendiente del autogobierno, los intereses de los
habitantes de los territorios no autónomos son supremos. El
articulo 73 establece la lista de las obligaciones que van desde la
protección de los derechos humanos hasta la edificación
de las instituciones y el desarrollo social y económico. Es una
solemne responsabilidad tanto de la Asamblea General como de los
sucesivos Secretarios generales- los guardianes de la Carta de las
Naciones unidas, que todas, insisto todas, esas obligaciones han sido
sofocadas en una conspiración silenciosa.
Las instancias de las Naciones unidas debaten sobre el futuro de un
pueblo anónimo, desprovisto de los medios necesarios para tomar
una decisión responsable. No existe ni información ni
análisis independiente sobre las preocupaciones y necesidades de
los saharauis bajo ocupación marroquí. No disponen de
protector; ningún portavoz de las Naciones unidas levanta la voz
en contra de las violaciones de los derechos humanos ni contra el
saqueo de los recursos naturales. La ejecución del Secretariado
de las Naciones unidas en este asunto oscila entre lo vergonzoso y lo
insultante. No existe ninguna asistencia ni social ni económica
excepto la precaria ayuda que llega a los que viven en los campamentos
de refugiados.
Durante mucho tiempo las Naciones unidas han estado con los ojos fijos
en la bola de cristal de un proceso político estancado
mientras que ignora sus obligaciones derivadas de la Carta de la ONU.
Esto debe cambiar. A diferencia de todos los demás territorios,
de facto en el Sahara Occidental no existe legalmente una Potencia
Administrante para cumplir con la “obligación sagrada” a que se
refiere la Carta de la ONU. Mientras se espera la
autodeterminación, las Naciones Unidas esta en la
obligación de hacer suya esa obligación sagrada.
Señoras y señores;
Al Secretario general y las agencias de la ONU se les debe exigir:
(i) asegurar información independiente sobre la salud, la
educación, y sobre las condiciones económicas y sociales
de los saharauis, tanto los que viven en el territorio como los que
están en los campamentos. La administración y los
derechos humanos tienen que ser también supervisados de manera
independiente.
(ii) Transmitir adecuadamente las informaciones y los análisis
correspondientes a las Naciones unidas y a otras instancias
intergubernamentales competentes.
(iii) Defender los derechos humanos y económicos básicos
del pueblo saharaui. Las iniciativas que socavan la búsqueda de
una solución justa deben ser disuadidas o denunciadas.
(iv) Formular y aplicar un programa de asistencia a los saharauis de
acuerdo con el artículo 73 de la Carta y con los numerosos
mandatos de la Asamblea General a favor de los pueblos de los
Territorios No Autónomos. Los beneficiarios de dichas ayudas
debe ser la población del antiguo Sahara español, ya sea
bajo la ocupación marroquí o en los campamentos de
refugiados saharauis.
No es este el momento de entrar en los detalles de cómo se debe
hacer esto. Sin embargo, existen específicas y practicas
proposiciones al respecto. Estas están basadas en exitosas
experiencias precedentes en situaciones similares a las del Sahara
Occidental y pueden llevarse a cabo por los propios interesados.
Señoras y señores;
La actual forma de no intervención en la gestión del
conflicto esta a veces justificada por el deseo de evitar cualquier
iniciativa que pueda poner en peligro los avances políticos.
Tras décadas de inútil implicación de las Naciones
unidas, uno se pregunta si las ambigüedades que caracterizan el
comportamiento tanto de las Naciones unidas como de los Estados
miembros y del Secretariado con respecto al Sahara occidental han
mostrado ser mas un inconveniente que una ventaja en la búsqueda
de una solución justa y definitiva. Colmando la falta de
información, de defensa y de asistencia, la comunidad
internacional debería mostrar a los miles de saharauis que esta
honra sus obligaciones no con palabras vacías sino con actos
palpables. Al mismo tiempo, debería romper la sofocante rutina
aportando más información y mas decisiones abiertas
relativas al marco del proceso político.
Señoras y señores;
La última formula, un tanto falto de imaginación,
de tratar de mover este proceso consiste en comprometer a las partes en
negociaciones directas. Hasta el momento el Frente POLISARIO y
Marruecos se han entrevistado cuatro veces con escasos resultados. Es
prematuro considerar esto como un impasse; probablemente el nuevo
Representante Especial del Secretario General quisiera continuar las
discusiones frente a frente. Sin embargo, existe el peligro real
de que las partes se conviertan en rehenes de esa formula, pues ninguna
de ellas puede asumir una retirada unilateral de las negociaciones, al
tiempo que continua el estancamiento y se endurecen las posiciones.
Esta falta de avance prometedor indica una vez más la necesidad
de la implicación de otros actores internacionales. En efecto,
existen frecuentes discusiones acerca de las opiniones de este o aquel
miembro permanente del Consejo de Seguridad u otro actor decisivo,
principalmente europeo, gobiernos.¿ Pero, que hay de
África? La mayoría de los países que
reconocen a la RASD son africanos. Esto sigue siendo una importante
expresión de solidaridad. Además, la Unión
Africana jugo un constructivo papel en la inscripción de los
futuros votantes en el referéndum. Sin embargo, tras el
fracaso de dicho proceso en 1996, la Unión Africana renuncio a
su responsabilidad respecto al Sahara Occidental y delego el asunto al
Consejo de Seguridad. Y, desafortunadamente, la presencia de la UA hoy
en el Aaiun es menos importante tanto en lo político como en la
práctica que el de las Naciones unidas.
Señoras y señores ;
Es hora ya de que los Estados africanos, individual y colectivamente
echen un Nuevo vistazo al desafió que supone la
autodeterminación en el Sahara Occidental y confrontarlo con
renovada pasión y determinación común. Ello no
quiere decir convertirse en sustitutos del Consejo de Seguridad. Al
contrario, es una invitación para reavivar en el Consejo de
Seguridad, y a toda parte interesada, pues África debe
volver a tener la presencia activa que tuvo en años anteriores.
Las razones de este llamamiento son muchas. Primero, Es cada vez mas
urgente para la comunidad internacional cumplir sus obligaciones con
respecto al pueblo saharaui. Esta urgencia esta dictada por la
necesidad de apoyar la legalidad internacional, la protección de
los derechos humanos básicos, la prevención de conflicto
y para garantizar la estabilidad regional. Verdaderamente, con el
actual énfasis en la prevención de conflictos en
África es sorprendente ver como el Sahara Occidental no se
destaca como prioridad en las preocupaciones de la Unión
Africana y en los foros regionales. Segundo, como ya se menciono
anteriormente, el prolongado fracaso del Consejo de Seguridad y de la
ONU en general destacan la necesidad de nuevas ideas y de mas amplio
compromiso. Esto requiere, no obstante, moverse más allá
de la mera expresión de solidaridad. Se necesitan proposiciones
específicas y viables para la acción de la comunidad
internacional. Tercero, Millones de gente a través de toda
África siguen llevando en sus ojos y en sus corazones las vivas
memorias de la indignidad del colonialismo y de la dominación
extranjera. ¿Cómo es que ellos y sus líderes
pueden olvidar esto, la ultima causa noble de descolonización y
de autodeterminación en el continente?
Un África cada vez más orgullosa y más
independiente no debería, ni debe, deja al Sahara
Occidental atrás.
Pretoria
5 de Diciembre, 2008
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