International conference on multilateralism and international law,
with Western Sahara as a case study


4 and 5 December 2008
Pretoria, South Africa



Francesco M. Bastagli
Ex-Representante Especial del Secretario General de la ONU para el Sahara Occidental


DECLARACION


[traduccion por Lih Beiruk (no oficial y a la espera de su revisión) de Statement by Francesco M. Bastagli , Former Special Representative of the Secretary-General  for Western Sahara]

Primeramente,  deseo unir mi voz a los precedentes oradores expresando mis agradecimientos al Departamento Sudafricano de Asuntos Exteriores y a la Universidad de Pretoria por su generosa hospitalidad. Auspiciando un prestigioso conclave sobre el una  de las más meritorias causas a las que hace frente África hoy, han mostrado una loable visión y compromiso.

Antes de abordar la sustancia del tema de hoy, permítanme hacer una observación general. Podrían oírme expresar severas críticas a la gestión que hace las Naciones unidas en el conflicto del Sahara Occidental. Habiendo dejado la organización, lo hago en la convicción de que en el Sahara >Occidental las Naciones unidas fracaso en el cumplimiento de algunas de las mas básicas obligaciones. Es porque me preocupo enormemente por los principios consagrados en la Carta que hago público estas preocupaciones cuando me era imposible hacerlo durante mi mandato en el Sahara Occidental. Sin embargo, mi crítica, no va dirigida a las Naciones unidas en general y no estoy de acuerdo con los extensos juicios de algunos de los precedentes oradores.

Señoras y señores,

Más de 70 países reconocen hoy al gobierno de la Republica Árabe Saharaui Democrática como el representante legitimo del pueblo saharaui. Al mismo tiempo, 33 años después de la invasión Marroquí, casi nadie reconoce la ilegal ocupación del Sahara Occidental. En el enrarecido mundo del gobierno internacional, continúan adoptándose declaraciones y resoluciones de apoyo al derecho incondicional e inalienable a la autodeterminación del Territorio.

Aun, hasta hoy, el Sahara Occidental sigue siendo el último conflicto de descolonización irresuelto en toda África. El margen entre la legalidad y la conveniencia política se acentúa cada vez  más. La realpolitica  es evocada para justificar el fracaso de imponer a Marruecos conformarse con los principios fundamentales del derecho internacional y de la justicia. La realpolitica, como cobertura de la arrogancia y de la fuerza desenfrenada, socava la base fundamental de unas relaciones internacionales equitables. Un objetivo esencial de instituciones como las Naciones unidas es el de promover cánones comunes para regir los asuntos internacionales. Esos cánones deben estar basados en principios universales de justicia y de legalidad. Resulta tan regresivo como irresponsable para todos – en particular para los funcionarios oficiales y diplomáticos- evocar la realpolitica como guía de referencia para la gestión de los desafíos internacionales. Además, en el caso del Sahara Occidental Realpolitica una vez mas representa keine politik, o sencillamente apolítica.

Desde que Marruecos rechazo el Plan Baker de 2003, es el olvido deliberado, y no la realpolitica,  la expresión  que mejor describe el comportamiento de la comunidad internacional

Señoras y señores,

Semejante abandono se refleja en la falta de progreso hacia la autodeterminación. Pero existe también en este comportamiento una  obligación que la comunidad internacional, y en particular de las Naciones unidas, fracaso en cumplir. El Capitulo XI de la Carta de las Naciones unidas reconoce que, mientras se esta pendiente del autogobierno, los intereses de los habitantes de los territorios no autónomos son supremos. El articulo 73 establece la lista de las obligaciones que van desde la protección de los derechos humanos hasta la edificación de las instituciones y el desarrollo social y económico. Es una solemne responsabilidad tanto de la Asamblea General como de los sucesivos Secretarios generales- los guardianes de la Carta de las Naciones unidas, que todas, insisto todas, esas obligaciones han sido sofocadas en una conspiración silenciosa.

Las instancias de las Naciones unidas debaten sobre el futuro de un pueblo anónimo, desprovisto de los medios necesarios para tomar una decisión responsable. No existe ni información ni análisis independiente sobre las preocupaciones y necesidades de los saharauis bajo ocupación marroquí. No disponen de protector; ningún portavoz de las Naciones unidas levanta la voz en contra de las violaciones de los derechos humanos ni contra el saqueo de los recursos naturales. La ejecución del Secretariado de las Naciones unidas en este asunto oscila entre lo vergonzoso y lo insultante. No existe ninguna asistencia ni social ni económica excepto la precaria ayuda que llega a los que viven en los campamentos de refugiados.

Durante mucho tiempo las Naciones unidas han estado con los ojos fijos en la bola de cristal de un proceso político estancado  mientras que ignora sus obligaciones derivadas de la Carta de la ONU. Esto debe cambiar. A diferencia de todos los demás territorios, de facto en el Sahara Occidental no existe legalmente una Potencia Administrante para cumplir con la “obligación sagrada” a que se refiere la Carta de la ONU. Mientras se espera la autodeterminación, las Naciones Unidas esta en la obligación de hacer suya esa obligación sagrada.

Señoras y señores;

Al Secretario general y las agencias de la ONU se les debe exigir:

(i) asegurar información independiente sobre la salud, la educación, y sobre las condiciones económicas y sociales de los saharauis, tanto los que viven en el territorio como los que están en los campamentos. La administración y los derechos humanos tienen que ser también supervisados de manera independiente.

(ii) Transmitir adecuadamente las informaciones y los análisis correspondientes a las Naciones unidas y a otras instancias intergubernamentales competentes.

(iii) Defender los derechos humanos y económicos básicos del pueblo saharaui. Las iniciativas que socavan la búsqueda de una solución justa deben ser disuadidas o denunciadas.

(iv) Formular y aplicar un programa de asistencia a los saharauis de acuerdo con el artículo 73 de la Carta y con los numerosos mandatos de la Asamblea General a favor de los pueblos de los Territorios No Autónomos. Los beneficiarios de dichas ayudas debe ser la población del antiguo Sahara español, ya sea bajo la ocupación marroquí o en  los campamentos de refugiados saharauis.

No es este el momento de entrar en los detalles de cómo se debe hacer esto. Sin embargo, existen específicas y practicas proposiciones al respecto. Estas están basadas en exitosas experiencias precedentes en situaciones similares a las del Sahara Occidental y pueden llevarse a cabo por los propios interesados.

Señoras y señores;

La actual forma de no intervención en la gestión del conflicto esta a veces justificada por el deseo de evitar cualquier iniciativa que pueda poner en peligro los avances políticos. Tras décadas de inútil implicación de las Naciones unidas, uno se pregunta si las ambigüedades que caracterizan el comportamiento tanto de las Naciones unidas como de los Estados miembros y del Secretariado con respecto al Sahara occidental  han mostrado ser mas un inconveniente que una ventaja en la búsqueda de una solución justa y definitiva.  Colmando la falta de información, de defensa y de asistencia, la comunidad internacional debería mostrar a los miles de saharauis que esta honra sus obligaciones no con palabras vacías sino con actos palpables. Al mismo tiempo, debería romper la sofocante rutina aportando más información y mas decisiones abiertas relativas al marco del proceso político.

Señoras y señores;

La última formula,  un tanto falto de imaginación, de tratar de mover este proceso consiste en comprometer a las partes en negociaciones directas. Hasta el momento el Frente POLISARIO y Marruecos se han entrevistado cuatro veces con escasos resultados. Es prematuro considerar esto como un impasse; probablemente el nuevo Representante Especial del Secretario General quisiera continuar las discusiones frente a frente. Sin embargo, existe el peligro real  de que las partes se conviertan en rehenes de esa formula, pues ninguna de ellas puede asumir una retirada unilateral de las negociaciones, al tiempo que continua el estancamiento y se endurecen las posiciones. Esta falta de avance prometedor indica una vez más la necesidad de la implicación de otros actores internacionales. En efecto, existen frecuentes discusiones acerca de las opiniones de este o aquel miembro permanente del Consejo de Seguridad u otro actor decisivo, principalmente europeo, gobiernos.¿ Pero, que  hay de África? La mayoría de los países que  reconocen a la RASD son africanos. Esto sigue siendo una importante expresión de solidaridad. Además, la Unión Africana jugo un constructivo papel en la inscripción de los futuros votantes en el referéndum. Sin embargo,  tras el fracaso de dicho proceso en 1996, la Unión Africana renuncio a su responsabilidad respecto al Sahara Occidental y delego el asunto al Consejo de Seguridad. Y, desafortunadamente, la presencia de la UA hoy en el Aaiun es menos importante tanto en lo político como en la práctica que el de las Naciones unidas.

Señoras y señores ;

Es hora ya de que los Estados africanos, individual y colectivamente echen un Nuevo vistazo al desafió que supone la autodeterminación en el Sahara Occidental y confrontarlo con renovada pasión y determinación común. Ello no quiere decir convertirse en sustitutos del Consejo de Seguridad. Al contrario, es una invitación para reavivar en el Consejo de Seguridad,  y a toda parte interesada, pues África debe volver a tener la presencia activa que tuvo en años anteriores. Las razones de este llamamiento son muchas. Primero, Es cada vez mas urgente para la comunidad internacional cumplir sus obligaciones con respecto al pueblo saharaui. Esta urgencia esta dictada por la necesidad de apoyar la legalidad internacional, la protección de los derechos humanos básicos, la prevención de conflicto y para garantizar la estabilidad regional.  Verdaderamente, con el actual énfasis en la prevención de conflictos en África es sorprendente ver como el Sahara Occidental no se destaca como prioridad en las preocupaciones de la Unión Africana y en los foros regionales. Segundo, como ya se menciono anteriormente, el prolongado fracaso del Consejo de Seguridad y de la ONU en general destacan la necesidad de nuevas ideas y de mas amplio compromiso. Esto requiere, no obstante, moverse más allá de la mera expresión de solidaridad. Se necesitan proposiciones específicas y viables para la acción de la comunidad internacional. Tercero, Millones de gente a través de toda África siguen llevando en sus ojos y en sus corazones las vivas memorias de la indignidad del colonialismo y de la dominación extranjera. ¿Cómo es que ellos y sus líderes pueden olvidar esto, la ultima causa noble de descolonización y de autodeterminación en el continente?

Un África cada vez más orgullosa y más independiente no debería, ni debe,  deja al Sahara Occidental atrás.

Pretoria

5 de Diciembre,  2008

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