Diario de Cádiz, 6 de Septiembre de 1996

Lágrimas

Enrique Montiel

La Historia, ese convoluto, dejó a los saharauis, nuestros amigos, en medio de la calle, acampados en los márgenes de su propio país. Fueron tiempos terribles y el monarca alahuí, taimado y astuto, envió a su pueblo a la conquista con muchas complicidades traidoras. Los Estados siempre son, a la postre, Poncios que se lavan las manos, de sangre o de inmundicia. Pero no los pueblos, las gentes, las familias. Y muy pronto, lo más vivo, lo más humano, noble y solidario de España, digno de Andalucía, digo de Cádiz y sus pueblos, abrió las puertas de su casa y de su corazón a los niños de aquellos ex-españoles del desierto. Siempre era en verano. Itinerarios: oculistas, dentistas y médicos en general; grandes almacenes, calor de hogar. Era - sigue siendo - un camino del corazón que iba del abrazo de bienvenida a las lágrimas de la despedida; un camino que fue echando raíces hasta constituir todo una fuente de verdadera fraternidad. En definitiva, lo que España no hizo, quiero decir el Estado, porque España siempre es otra cosa, lo vienen haciendo los españoles. Quiero decir los andaluces, los gaditanos de muchos pueblos de la provincia. Por éso nuestro DIARIO ha puesto las fotos de las lágrimas de las despedidas, y los abrazos, entre los niños gaditanos y los niños de aquellos ex-españoles expulsados por la Historia, ese convoluto, de su propio desierto junto al mar riquísimo, hoy refugiados en los campamentos de los márgenes de su propio país, con la esperanza de ser y de volver intactas. Pero ya con el amor más robusto de nuestro pueblo.



Revisión de prensa - Revue de presse - Press review ,
Western Sahara Homepage